Si la adopción se produjo en una etapa temprana, el niño no puede tener conocimiento de que fue adoptado. En esta situación, los padres son portadores de un importante secreto acerca de la identidad de ese niño. La revelación o no de esta información es la duda que, progresivamente, va atormentando a padres y los va dejando cada vez más inquietos. El miedo de que alguien de fuera informe al niño acerca de la adopción y las consecuencias negativas que podrían resultar pueden alcanzar un grado alto de angustia.
En términos generales, existe consenso sobre la necesidad de revelar al niño acerca de la adopción; la forma de hacerlo y el momento idóneo es lo que revisten mayores interrogaciones. El niño tiene derecho de conocer si historia debiendo esta ser contada gradualmente y con delicadeza, sin entrar en detalles chocantes, pero tampoco huyendo de la verdad. De esta forma, el niño afrontará su propia historia como un hecho más simple y que no pone en compromiso la relación padres/hijos hasta entonces establecida. Sin dar excesiva información inicial, los padres pueden ayudar al niño a comprender que, aunque su historia sea un poco diferente, él también tiene un padre y una madre que lo aman profundamente, a semejanza de muchos otros niños asociados biológicamente con sus padres.
Posponer indefinidamente la revelación puede ser extremadamente peligroso, a nivel psicológico, debiendo estar hecho el anuncio precozmente, de preferencia en una etapa anterior a los 6 años, momento en que el niño ha asumido un grado de identidad y de escolarización básica. Por muy difícil que resulte la tarea, ella deberá ser concretada por los padres adoptivos, pues se trata de un asunto sobre el cual podrán hablar con claridad y simplicidad. La dificultad en hablar sobre el asunto podrá ser indicativo de que los adultos presentan problemas que no están debidamente resueltos. La búsqueda de ayuda en el sentido de conocer las razones profundas de la resistencia en hablar sobre el tema podría ser el primer paso a dar por los padres adoptivos antes de la revelación. Este mayor autoconocimiento podría ayudar a los padres a sentirse más confortables e interiormente más libres para hablar.