Sabemos que cada ser vivo se adapta bien al lugar en que vive. Pensemos en una hiena. Ella vive en la sabana africana y allí se alimenta de gacelas y ñus, pero también se alimenta de carroña. Son animales extremadamente violentos y peligrosos en manadas y son los principales rivales de los leones en la sabana, sufriendo incluso ataques de estos animales.
La breve descripción presentada nos habla sobre el hábitat y el nicho ecológico de la hiena. Pero, después de todo, ¿qué es el hábitat y el nicho ecológico?
Llamamos de hábitat al local donde un organismo vive, el ambiente donde él se encuentra. En el caso de la hiena, su hábitat es la sabana africana, un lugar que posee una estación seca bien definida.
Cuando hablamos de nicho ecológico, estamos describiendo la manera de la vida de un ser vivo, sus relaciones con el medio ambiente, su comida, su tipo de reproducción, sus hábitos, sus depredadores naturales, sus estrategias de supervivencia, su forma de depredación, etcétera. En definitiva, el nicho puede definirse como el papel ecológico de una especie en una comunidad en particular. En el caso de la hiena, su comida y su rivalidad con los leones constituyen su nicho ecológico.
Consideremos otro ejemplo: la tortuga verde (Chelonia mydas). Este animal vive normalmente en las aguas costeras y con grandes cantidades de vegetación. La tortuga verde presenta una peculiar característica cuando se trata de alimentos. Es un organismo omnívoro cuando es joven; sin embargo, cuando alcanza los 25 centímetros de caparazón, se vuelve básicamente herbívoro. Ellas buscan colocar sus huevos principalmente en islas oceánicas.
De la descripción anterior es posible observar que el hábitat de la tortuga verde son las aguas costeras con vegetación. Ya el nicho ecológico es su forma de vida, que incluye su peculiar alimentación y su desove.
Muchos autores tienen por preferencia resumir esos conceptos de la siguiente forma: el hábitat es la dirección de un ser vivo, mientras que el nicho es su profesión.
