En 1990, el gobierno iraquí decidió invadir Kuwait, alegando que no cumplía con los compromisos financieros establecidos por la OPEP. Insatisfechos con las políticas de la venta de petróleo de Kuwait, Saddam Hussein, el dictador de Irak, exigió que el país concediera una compensación para remediar las pérdidas causadas por la caída de los precios del petróleo. Irak estaba pasando por una situación económica difícil, dada su extrema dependencia económica de las exportaciones de petróleo.
El gobierno iraquí impuso que las pérdidas económicas causadas por la devaluación del petróleo fuesen recompensadas con el control de regiones ricas en Kuwait. Mientras establecieron la invasión a Irak de Kuwait, los principales consumidores de petróleo, incluyendo los Estados Unidos, evaluaron como favorable un conflicto en una región de gran importancia económica. Por lo tanto, el entonces presidente de EE.UU. George Bush envió tropas al Golfo Pérsico.
El Consejo de Seguridad de la ONU, teniendo en cuenta las medidas arbitrarias de Saddam Hussein, declaró un boicot económico de Irak. En respuesta, Saddam ordenó la anexión de los territorios de Kuwait y la detención de todos los extranjeros con residencia en Kuwait. En medio de las acciones militares y el conflicto político, la economía sufrió una baja producción de petróleo del mundo.
Preocupado en desbaratar la presión política internacional, Saddam comenzó a vincular sus acciones militares para la creación de un estado palestino. Haciendo caso omiso de la justificación de Irak, la ONU impuso la fecha del 15 de enero de 1991 para Irak para llevar a cabo el desalojo de Kuwait. Impaciente con el desenfoque de la situación política y económica en la región, los Estados Unidos decidieron lanzar los primeros ataques contra las fuerzas de Saddam Hussein.
Los iraquíes llevaron el contra-ataque con bombas hacia Israel y Arabia Saudita. Al mes siguiente, las tropas lideradas por Estados Unidos llevaron a cabo la Operación Tormenta del Desierto en Kuwait y ocuparon Irak. Mediante este ataque las tropas iraquíes fueron derrotadas y Saddam firmó un alto el fuego. Además de empobrecer el país que sufrió años de bloqueo económico, la nación iraquí tuvo un fuerte impacto con la pérdida de más de 100.000 vidas.