La guerra de Troya, enfrentamiento entre griegos y troyanos, fue narrada por Homero en la Ilíada. ¿Hasta qué punto podemos creer en la historia de la guerra de Troya contada Homero? Sabemos que Homero no era contemporáneo del conflicto, es decir, no fue testigo de la guerra. Escribió más de 400 años después de los combates, basado en los informes orales de la sociedad en que vivía la Ilíada.
Estudios arqueológicos antiguos (siglo XIX) y reciente (1993), confirmaron la existencia de la ciudad de Troya. Las pesquisas conducidas en Turquía llevaron al descubrimiento de Troya. La existencia de la ciudad se encontraba comprobada. Y, recientemente, nuevas excavaciones permitieron más revelaciones. Según el arqueólogo Manfred Korfman, esqueletos humanos, inscripciones de cerámica y las propias murallas de la ciudad comprueban que Troya fue atacada varias veces en un corto periodo de tiempo, viniendo a sucumbir completamente.
Comprobada la existencia de la ciudad de Troya, que estaba en las cercanías de la actual Estambul en Turquía, podemos inferir que la guerra existió. Sin embargo, cuando leemos el libro Ilíada, percibimos con claridad que los informes no son precisos sobre lo que pasó en la ciudad. Homero escribió en su obra como era típico de la cultura griega de la época, relatos históricos mezclados con narraciones míticas. Pero la historia que dice es creíble, a pesar de ser muy difícil separar el trigo de la paja.
Teniendo en cuenta estas consideraciones sobre la guerra de Troya, podemos analizar el evento con una mirada que confirma la verdad de la guerra y que separa lo real de lo fantástico, de lo imaginario.
Según Homero, los conflictos entre griegos y troyanos comenzaron debido a algunas desventuras amorosas. Helena, esposa del rey espartano Menelao, fue secuestrada por Paris, hijo de la regla de Troya. París había quedado enamorado de Helena, cuando la visitó en Grecia; la pasión era tan intensa que el troyano condujo al secuestro de la joven.
El valor de París provocó un gran enojo en Menelao, que había perdido a su esposa Helena. Rápidamente, Menelao y su hermano Agamenón, rey de Micenas, reunieron a todos los guerreros espartanos y micénicos y partieron hacia Troya para rescatar a Helena.
Después de diez años de duro asedio, los griegos fueron capaces de entrar en la ciudad de Troya. Según los informes de Homero, los griegos construyeron un gran caballo de madera y lo dejaron a las puertas de la ciudad. Los troyanos aceptaron este obsequio, pensando que era una propuesta de paz de los griegos.
Después de haber aceptado el regalo, los troyanos introdujeron el caballo de madera dentro de la ciudad. Sin embargo, ellos no sabían que el caballo tenía en su interior a los soldados griegos ocultos. Esa noche fue entendida por los troyanos como un momento de paz. Por esta razón, festejaban y bebía mucho. En un momento cuando los troyanos se fueron a dormir, los soldados griegos surgieron desde dentro del caballo y abrieron las puertas de la ciudad al ejército griego, que invadieron, saquearon y dominaron inmediatamente Troya, decretando el final de más de diez años de asedio.
La historia de la guerra de Troya, el caballo de madera griego, dado como regalo a los troyanos, originó la expresión ‘presente griego’, un regalo falso, con otras intenciones.