Los gremios eran asociaciones que surgieron en la Edad Media para regular las distintas actividades. Durante la Edad Media, del siglo XII, los artesanos de las distintas actividades comenzaron a congregarse en las organizaciones que trataban con el conocimiento de ciertas actividades.
Los gremios de artesanos, agrupaban a individuos con fines religiosos, políticos, económicos o sociales. Cuando las organizaciones era de naturaleza religiosa, sucedía el culto de los profesionales al santo patrono. Cuando las organizaciones eran con fines económicos, se buscaba asegurar el monopolio de ciertas actividades. Ya las organizaciones socio-políticas reunían a artesanos para hacer frente a quienes detentaron el poder.
Estas asociaciones se estaban ejecutando en las ciudades que tenían más de diez mil habitantes y se reunía a personas que realizaban las mismas actividades en la sociedad. Ellos fijaban los precios de los productos generados por la gente que realizaba la misma función, así como la calidad, cantidad y margen de beneficio. Pero hubo algunas variaciones. Solamente artículos de primera necesidad, como fue el caso del pan, vino, cerveza y cereales, tenían sus precios regulados por los gremios. En productos como el hierro y el carbón, los artesanos eran libres para determinar el precio.
Los gremios también eran ambientes de aprendizaje del oficio y del establecimiento de una jerarquía de trabajo. La propia organización interna de los gremios quedaba formada por una jerarquía rígida compuesta como maestros, oficiales y aprendices.
Cuando alguien solicitaba formar parte de un gremio, su entrada debía tener lugar en la categoría de aprendiz. Esta persona no se recibía salario por sus actividades y estaba allí para aprender. Vivían con sus amos y, a menudo se casaba con sus hijas. El aprendizaje podía durar hasta doce años y sólo después el aprendiz alcanzaría la condición de oficial.
Los oficiales pasaban un tiempo ejerciendo lo aprendido. Para llegar amaestro era necesario pasar por una prueba y pagar una cuota. El rigor variaba entre regiones, pero al llegar al final de la Edad Media, se había convertido en una labor cada vez más difícil alcanzar dicho rango. Los miembros más ricos pasaron a tener un dominio sobre los gremios y la ascensión terminó restringida prácticamente a familiares y personas del entorno más próximo.
Los maestros eran los dueños de los talleres, herramientas, materias primas y el conocimiento. Por tanto, la posición de maestro fue muy gratificante, social y económicamente.
