Con la desintegración de la civilización creto-micénica, Grecia ha estableció una serie de transformaciones que fundaron una nueva configuración social, económica y política. En ese momento, tenemos la formación del genos, propiedades en que una gran familia permanecía unida en torno a la exploración económica de la misma parcela de tierra. No habiendo un dueño, la riqueza producida por los miembros de un genos era repartida entre sus miembros.
La economía de los genos era básicamente agropecuaria. Una familia próspera dependía necesariamente de la calidad de las tierras que estaban bajo su control. En general, las tareas diarias se realizaron por todo el mundo y nadie tenía la menor importancia en ejercer una u otra función. En el momento que un genos producía excedente, esa riqueza se utilizaba para adquirir esclavos o contratar artesanos. En otras ocasiones, el saqueo y la piratería eran fuentes de riqueza material.
Políticamente, los genos estaban al mando de un líder de la comunidad llamado ‘pater’, que ejercía las funciones del poder judicial, administrativo y religioso. A pesar de la división equitativa de los bienes, la relación del jefe del genos con el resto de sus miembros podía tener desigualdad. Con la desestructuración del genos, la proximidad con el pater sería esencial en el nuevo arreglo de las poblaciones griegas.
Con el tiempo, los genos tuvieron dificultades para sustentar a toda la población que quedaba dentro de su dominio. Las técnicas agrícolas poco desarrolladas no conseguían acompañar a la velocidad en que el pueblo griego se ampliaba. Durante un tiempo, el uso de tierras poco fértiles, la ampliación de mano de obra y la especialización del trabajo fueron algunas alternativas para subsanar esta situación.
Sin embargo, además de los problemas de productividad, los genos se habían convertido en el escenario para nuevas tensiones sociales. Los parientes más lejanos del pater exigieron mejores condiciones de vida al quedar insatisfechos con la disminución de la renta familiar. Progresivamente, los bienes que eran empleados de manera colectiva fueron divididos entre los miembros del genos. Aquellos que estaban más cerca del pater terminaron siendo más privilegiados y ocupando las mejores tierras.
La desintegración de las comunidades del genos había agravado este proceso de diferenciación entre las clases sociales. Por un lado, tenemos una parte privilegiada que mantenía el control de las mejores propiedades, monopolizaban las armas y llevaban a cabo las festividades religiosas. En el otro lado se encontraban los terratenientes, pequeños, artesanos y trabajadores libres quienes estaban subordinados al poder de los grupos en mejor situación social. Las sociedades gentiles terminaron dominadas por aquellas personas que controlaban los instrumentos de poder.
Con el tiempo, las elites de los genos, con afinidades culturales más visibles se unieron en grupos más grandes que garantizaban el control de sus propiedades. Así llegaron las llamadas fratrías. La reunión de estas fratrías fueron, a su vez, responsables del desarrollo de las tribus, cuando se juntaron, dando lugar al demos. A través de la expansión de estas organizaciones se tiene la formación de las primeras ciudades-estado de la antigua Grecia y el final de las comunidades gentiles.
