La palabra ‘épos’ proviene del griego y significa ‘versos’ y, por lo tanto, el género épico es la narrativa en verso que cuenta un episodio heroico de la historia de un pueblo. En la estructura épica tenemos: el narrador, que narra la historia de otros en el pasado; la historia, que constituye la sucesión de acontecimientos; los personajes, alrededor del cual giran los hechos; el tiempo, que generalmente se presenta en el pasado, y el espacio, donde se desarrolla la acción de los personajes.
En este género, por lo general, hay presencia de figuras fantasiosas que ayudan o dificultan el curso de los acontecimientos. Cuando las acciones están narradas por versos, tenemos el poema épico o epopeya. Entre las principales epopeyas encontramos la Ilíada y la Odisea, de Homero.
Las obras la Ilíada y la Odisea son obras atribuidas al poeta Homero, que habría vivido alrededor del siglo VIII a.C., en el contexto grecorromano. La primera es la historia del último año de la guerra de Troya entre griegos y troyanos. Cuando se produce el secuestro la princesa Helena por parte de los troyanos, los griegos articulan un plan para rescatarla a través de un gran caballo de madera, llamada Troya, que es llevado a la ciudad del mismo nombre como un presente.
Al amanecer, los soldados griegos que estaban dentro del vientre de madera del animal atacaron la ciudad. Este trabajo se divide en 24 cantos y se compone de versos hexámetros dactílicos (versos compuestos de seis sílabas poéticas, con sílabas variadas en una sílaba larga y dos breves), formato tradicional del periodo épico griego. Este poema influyó la época clásica en Grecia y también en el imperio romano y permanece como una de las obras más importantes de la literatura mundial hasta nuestros días.
La segunda obra es el regreso de los griegos, que fueron a Troya, volviendo a Grecia y girando alrededor de la historia de Ulises, el personaje principal de este poema. Durante el viaje, Odiseo atraviesa varias aventuras y enfrenta a personajes mitológicos, como el Cíclope.
