La palabra lacrimógeno procede del latín ‘lacrima’ y significa lágrima © ABC Australia
El gas lacrimógeno es un nombre dado a varios tipos de irritante de la piel, ojos y vías respiratorias. Este gas es utilizado por la policía y el ejército como arma de control de masas, por ser capaz de dispersar a la gente sin causar efectos letales (muertes). Comenzó a usarse en la Primera Guerra Mundial.
El gas lacrimógeno se clasifica como gas orgánico y pertenece a la clase de los haluros, que son compuestos que presentan por lo menos un átomo del grupo de los halógenos (F, Cl, Br, I) unidos a un grupo derivado de hidrocarburo.
Muchas protestas violentas son dispersadas por las autoridades estatales con la ayuda de este tipo de arma, no siendo la única circunstancia en la que puede ser usado. En las manifestaciones callejeras, por ejemplo, los policías que no consiguen calmar la euforia de la multitud con armas de fuego ven necesario el uso del gas como una opción válida.
El gas lacrimógeno puede presentarse de muchas maneras, es lanzado por medio de sprays (aerosoles) o en forma de una granada de mano o bomba. Su composición es variable:
Spray de pimienta: es un agente inflamatorio que causa inflamación en los ojos, nariz y boca. Su efecto es más limitado y debe ser utilizado directamente en alguien para ser eficiente. Se vuelve más útil para defenderse de ataques de ladrones.
Gas CS: cuya composición es gas (clorobenzilideno malononitrilo), es un agente incapacitante, es decir, los efectos resultantes con tales sustancias bloquean al individuo de realizar tareas, ya que va a estar ocupado intentando respirar o frotándose los ojos (en vano). Además de lágrimas, el gas todavía puede irritar la nariz, boca y pulmones, y causar estornudos, tos y vómitos. La caída del líquido irritante en la piel causa sensación de quemadura y los efectos toman entre 20 a 45 minutos en pasarse.