El fútbol americano es un deporte competitivo de equipo, disputado por once jugadores de cada lado. El objetivo del juego es llegar a la línea de fondo del territorio adversario llevando en las manos una pelota en forma ovalada. Para intentar alcanzarlo, los jugadores se empujan, bloquean, persiguen los unos a los otros.
El juego sucede en cuatro tiempos de quince minutos. El campo utilizado es un rectángulo con 109,73 metros de largo y 48,76 metros de ancho, delimitado por líneas laterales a lo largo de la longitud, y líneas finales a lo largo de la anchura.
Es frecuente ver en el fútbol americano una metáfora de la guerra, debido a la violencia presentada por los jugadores dentro del campo. Pero el juego también tiene estrategia y planificación. Durante los partidos, cada equipo suele utilizar hasta 40 atletas, incluyendo un equipo solo de defensa, otro de ataque y un tercero de especialistas, como los atletas entrenados apenas para golpear la pelota. En el inicio de cada ronda, el equipo que tiene la posesión del balón la pasa para las manos del quarterback, el cerebro del equipo responsable por la organización de las jugadas ofensivas.
El deporte desciende del rugby, juego que evolucionó del fútbol cuando los jugadores comenzaron a transportar la bola en las manos. El fútbol americano, de la forma en que es hoy conocido, apareció a partir de una serie de tres juegos entre Harvard y Yale, de Mackenzie, en 1867.
El juego es muy popular en los Estados Unidos, superando al béisbol como el deporte más popular en la nación.
El fútbol americano universitario es tan popular como la liga profesional, muchos colegios y universidades participan en la NCAA, la primera división de fútbol universitario, llenando grandes estadios y dando visibilidad a futuras nuevas estrellas.