Las fuentes de energía son muy importantes en las actividades humanas, porque originan combustibles y electricidad que sirven para iluminar, mover máquinas, camiones, entre otras aplicaciones de la vida moderna.
Las energías facilitan el trabajo del hombre que en otras circunstancias tendría grandes dificultades para realizar: se utiliza la energía para levantar peso, mover vehículos, hervir el agua, etcétera.
Entre las fuentes de energía más importantes podemos mencionar el petróleo, la energía hidroeléctrica, el carbón y los biocombustibles.
- Petróleo: a partir de ese mineral fósil son procesados varios subproductos utilizados como fuente de energía como la gasolina, el diesel, el queroseno, además de generar electricidad en las centrales termoeléctricas.
- Energía hidroeléctrica: produce energía eléctrica en las centrales hidráulicas, generada a partir del movimiento de turbinas impulsadas por agua de los ríos acumulada en los embalses.
- Carbón: este mineral ofrece calor para los grandes hornos contenidos en las industrias siderúrgicas y contribuye a la generación de electricidad en las centrales eléctricas.
- Biocombustibles: corresponden, por ejemplo, el etanol y el biodiesel, siendo su uso muy extendido como combustible en vehículos desde la década de 1970.
No podemos olvidar mencionar otras fuentes de energía igualmente importantes como el gas natural, la energía nuclear, el petróleo de esquisto bituminoso, la leña, el carbón vegetal y la energía solar.
Los seres humanos, para el desarrollo de sus actividades, requieren efectivamente de los recursos naturales. De esta forma, las fuentes energéticas se pueden clasificar en dos tipos: energías renovables y energías no renovables.
Las fuentes renovables son aquellos recursos que tienen la capacidad de rehacerse o no son limitados, como son los biocombustibles, la energía hidroeléctrica, la energía solar, la energía eólica, entre otros. Aunque son ventajosas, ese tipo de fuentes de energía no quedan exentas de provocar impactos en la naturaleza pues, por ejemplo, los biocombustibles producen devastación ambiental en el desarrollo de culturas dedicadas a la producción de materias primas como la caña de azúcar, el eucalipto, el ricino, entre otros. Para el cultivo de esas materias primas son necesarias grandes propiedades rurales –denominadas monocultivos –cuya práctica elimina la cubierta vegetal, por no mencionar el uso de insumos agrícolas –fertilizantes, insecticidas, herbicidas y otros .
En el caso de las hidroeléctricas, los problemas en la generación de energía se encuentran en la construcción de centrales, pues es necesario represar una gran cantidad de agua cubriendo grandes zonas de bosques. Así, se coloca en riesgo parte de la fauna y flora del lugar, además de la emisión de gases procedentes de la descomposición de animales y vegetales contenidos en el fondo de las represas.
Ya la energía solar y la energía eólica producen impactos mínimos o insignificantes sobre el medio ambiente, sin embargo, su uso es poco extendido o limitado todavía en diversos países.
Las fuentes no renovables corresponden a todo recurso natural que no tiene la capacidad de renovarse, es decir, que pueden extinguirse (finitos). Es un término controvertido ya que toda práctica abusiva podría convertir una fuente renovable en una fuente no renovable a largo plazo. Entre los recursos finitos con previsiones de ser agotados totalmente en pequeño, medio y largo plazo se encuentran el petróleo, el carbón, el uranio, la pizarra y muchos otros.
Los recursos energéticos clasificados como no renovables generalmente producen mayor contaminación que aquellas fuentes renovables. Los impactos pueden surgir de la emisión de gases de los vehículos de motor, escapes en tuberías, derrames de buques petroleros, entre otras actividades.