Las ostras son animales pertenecientes al filo Mollusca y clase Bivalvia, cuya cáscara se divide en dos valvas semicirculares, que están unidas por un ligamento. Son los únicos animales capaces de producir perlas, objetos tan apreciados por joyeros por su visible belleza. No todas las especies de ostras son capaces de producir la perla, siendo que las que producen son llamadas de perleras y forman parte de la familia y son parte de la familia Pteriidae (de agua salada) y Unionidae (de agua dulce).
La producción de la perla por la ostra no es más que un mecanismo de defensa del animal, cuando sucede la penetración de cuerpos extraños, como granos de arena, parásitos, pedazos de coral o fragmentos de roca, entre la concha y el manto. Cuando este cuerpo extraño se encuentra dentro de la ostra, el manto del animal envuelve esa partícula en una capa de células epidérmicas, que producen sobre ella varias capas de nácar, resultando de ahí la perla. El proceso de fabricación de una perla por la ostra demora en promedio tres años y generalmente ellas son retiradas con 12 milímetros de diámetro.
Algunas personas cultivan ostras para la fabricación perlas. Para que esto ocurra basta insertar dentro de la ostras pequeñas partículas, como pellets de plástico o pedazos de moluscos para estimular la producción de perlas por el animal.
Las perlas pueden ser de varios colores, tales como rosa, rojo o azul, y estos colores son debido a los detritos, las proteínas o al color interno de la cáscara del animal. La perla más rara que existe es la perla negra, y ella puede ser encontrada en Tahití y las Islas Cook. Perlas irregulares no tienen mucho valor comercial, pero algunas en forma de gota o cónicas son utilizadas para la elaboración de algunas joyas.
