El fenómeno de la fusión se produce cuando una sustancia recibe calor de una fuente.
Una sustancia se dice que es cristalina cuando se funde bruscamente a una cierta temperatura, mientras que la no cristalina gradualmente se ablanda durante la fusión, convirtiéndose en pastosa y, después, liquidificada totalmente.
Durante la fusión, una sustancia cristalina obedece a las siguientes leyes:
Primera Ley: a presión constante, la fusión de una sustancia cristalina tiene lugar a temperatura constante. La fusión o solidificación de una sustancia cristalina es aquella en que aparecen, en presencia una de otra, las fases sólida y líquida.
Segunda Ley: para una presión dada, cada sustancia tiene su temperatura de fusión. Esto significa que la temperatura de fusión de cada sustancia varía con el cambio de presión.
La mayoría de las sustancias, durante la fusión, se someten a un aumento de volumen. Sin embargo, existen sustancias que se comportan de manera inversa, como es el caso del agua, del bismuto, del hierro y del antimonio.
Las sustancias que aumentan en volumen durante la fusión, al sufrir aumento de presión, tienen sus temperaturas aumentadas. Por otro lado, aquellas que disminuyen de volumen, tienen sus temperaturas disminuidas.