A diferencia de Portugal, los españoles tuvieron que abordar varios temas relacionados con el proceso de formar su monarquía nacional, para sólo entonces emprender la aventura los mares. A lo largo de la edad media, los reinos católicos de Aragón y Castilla lucharon para establecer la expulsión de los musulmanes de la Península Ibérica.
En el año 1492, la alianza matrimonial entre los herederos de los tronos aseguró la victoria contra los musulmanes en la llamada Guerra de Reconquista. Desde entonces, el recién formado gobierno español decide contratar los servicios de un navegante italiano llamado Cristóbal Colón. Al tiempo, los reyes españoles Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla invirtieron en el proyecto de creación de una ruta que daba acceso a la India a través de la navegación del Atlántico rumbo hacia el oeste. En principio, la idea era que la circunnavegación de la Tierra podría proporcionar un nuevo acceso al continente indio. Sin embargo, las tres naves usadas para este propósito terminaron desembarcando a la isla de Guanahani, en el Caribe. Después de bautizar la isla de San Salvador, Colón hizo otros viajes donde se encontró con las islas de Cuba, las Bahamas y la Hispaniola. Todavía pensando estar en las Indias, Colón bautizó a los habitantes locales de indios.
Poco después, otros navegadores y compañeros de viaje demostraron que Cristóbal Colón había hecho el descubrimiento de un nuevo continente entre Europa y Asia. El navegante florentino Américo Vespucio fue responsable de oficializar tal constatación y, por tal razón, acabó teniendo el nombre usado para nombrar a América, el más nuevo continente del mundo.
Después de esa valorada conquista en el mar, el navegante Vasco de Balboa logró, en 1513, atravesar el océano Pacífico recorriendo Centroamérica. En un proyecto aún más atrevido – ejecutado entre 1519 y 1521 – la expedición de Fernando de Magallanes celebró la primera circunnavegación alrededor del mundo. De los 512 tripulantes de este viaje valiente, sólo 18 resultaron supervivientes en su retorno a Europa.
Durante su proceso de expansión, los españoles entraron en el interior de las tierras conquistadas en busca de metales preciosos. En este contexto, encontraron diversas civilizaciones contra las cuales libraron un sangriento proceso de conquista y dominación. Y asó, por la codicia y la fuerza de las armas, los españoles formaron un gran imperio colonial que fortalecería la Corona Española.