Las fuerzas de cohesión son responsables de mantener las moléculas y los átomos del mismo material unidos; ya la fuerza de adhesión es la atracción que las partículas de un material ejercen sobre partículas de otros materiales. Un líquido moja debido a las fuerzas de adhesión presentes en él, al entrar en contacto con una superficie esas fuerzas hacen que la superficie quede mojada.
Pero si la fuerza de cohesión es mayor que la de adhesión ocurrirá exactamente lo contrario: la superficie no se mojará. Eso es exactamente lo que ocurre con el mercurio que fluye dentro de los termómetros, la atracción entre las moléculas de mercurio (cohesión) no permite que se difundan sobre ciertas superficies, tales como hojas de papel y vidrio.
Demostración: los átomos de mercurio en contacto con una superficie de vidrio, no son atraídos por las moléculas de SiOH (hidróxido de silicio presente en el vidrio), prefieren unirse entre sí, es decir, la fuerza de cohesión es mayor que la de atracción. Lo mismo no sucede cuando moléculas de agua entran en contacto con superficies de vidrio, al contrario, ellas se deshacen estableciendo enlaces O-H con las moléculas de SiOH, por eso entonces es que el agua moja el vidrio.
Por otro lado, si una bola de mercurio se deposita sobre una superficie de oro, ella se deshace, separándose. Lo que nos lleva a una conclusión sobre la cuestión que abre el artículo: ¿Existe algún líquido que no moje? Si existe, pero depende de la composición química del líquido como también de la superficie donde él es depositado. Lo que determina es la disputa entre las fuerzas de cohesión y las fuerzas de adhesión.