Eureka es una palabra que se utiliza a menudo cuando se hace un descubrimiento científico. Es un signo de exclamación de felicidad por el descubrimiento.
La expresión eureka, y su simbolismo, se atribuye a Arquímedes en base a su descubrimiento sobre el volumen de los cuerpos sumergidos en líquidos.
Eureka es una palabra que viene del griego y significa encontrado. Eureka es la combinación del verbo ‘heuriskein’ en la primera persona del singular del tiempo pretérito perfecto del indicativo.
Esta exclamación se hizo famosa y se utiliza hoy en día en los descubrimientos científicos, debido a la historia de Arquímedes y sus descubrimientos.
Se dice que Arquímedes estaba tomando un baño cuando finalmente resolvió una de sus investigaciones científicas. Feliz de haber dado con su hallazgo, salió corriendo por las calles, desnudo, exclamando: ¡Eureka! ¡Eureka!
El descubrimiento de Arquímedes
Arquímedes (287 a.C.-212 a.C.) nació y murió en Siracusa (su muerte se produjo durante la Segunda Guerra Púnica), en la Magna Grecia. Se dedicó a los estudios científicos a lo largo de su vida, destacándose como uno de los principales pensadores de su tiempo. Fue físico, matemático, inventor, ingeniero y astrónomo.
El descubrimiento científico que le hizo salir a las calles gritando eureka más tarde fue llamado de principio de Arquímedes, y afirma que el volumen de un cuerpo es igual al volumen del líquido desplazado cuando está completamente sumergido.
Otras contribuciones de Arquímedes para las ciencias fueron:
- Ley de la flotabilidad;
- Ley de la palanca;
- Tornillo de Arquímedes, que se utiliza para el bombeo de líquidos;
- Garra de Arquímedes, una máquina de guerra;
- Rayo de calor de Arquímedes, puede concentrar los rayos del sol desde un solo lugar e iniciar un incendio;
- Odómetro, instrumento de medición;
- Aproximación del valor π;
- Cálculo del área bajo una parábola.
La corona de oro – Arquímedes
El descubrimiento de Arquímedes que le impulsó a salir hacia las calles gritando eureka se debió a una petición del rey Hierón II. El rey habría proporcionado una cantidad de oro puro para un herrero construir una corona votiva, pero desconfiado de la idoneidad del herrero, pidió que Arquímedes determinase si la corona era hecha con aquella cantidad de oro puro o si tenía alguna cantidad de plata en su composición.
Aún no sabía cómo calcular el volumen de cualquier objeto de forma irregular y Arquímedes no pudo derretir la corona y moldearla en otro formato para determinar su volumen. Fue durante el baño en su bañera que percibió que podría calcular el volumen de un objeto calculando el volumen de líquido desplazado al sumergirlo totalmente. Teniendo el volumen y la masa del objeto, Arquímedes sería capaz de calcular su densidad y saber si había alguna cantidad dada de plata en la corona votiva.