El tema de la ética en el servicio público está directamente relacionado con la conducta de los funcionarios que ocupan cargos públicos. Tales individuos deben actuar conforme una serie de normas o patrón ético, que muestra los valores morales como la buena fe y otros principios necesarios para una vida sana en la sociedad.
Cuando una persona es elegida para un cargo público, la sociedad pone su confianza, y espera que cumpla una norma ética. Por lo tanto, esa persona debe estar al nivel de esa confianza y ejercer su función siguiendo ciertos valores, principios, ideales y normas. Del mismo modo, el servidor público debe asumir el compromiso de promover la igualdad social, la lucha para crear puestos de trabajo, el desarrollo de la ciudadanía y fortalecer la democracia. Para esto debe estar preparado para poner en práctica políticas que beneficien al país ya la comunidad en los ámbitos social, económico y político.
Un profesional que desempeñe una función pública debe ser capaz de pensar estratégicamente, innovar, cooperar, aprender y desaprender cuando sea necesario, desarrollando formas más efectivas de trabajar. Por desgracia, los casos de corrupción en la administración pública son el resultado de los profesionales que no trabajan de una manera ética produciendo deficiencias y generando problemas socioeconómicos a nivel interno.
