El etanol es parte de la clase de alcoholes, que son compuestos orgánicos que presentan el grupo funcional hidroxilo (-OH) unido a uno o más átomos de carbono saturados.
Todas las bebidas alcohólicas, sin excepción, contienen cierto contenido de etanol. El consumo excesivo de estas bebidas se ha convertido en un problema grave en todo el mundo. La ingesta habitual de grandes cantidades de alcohol, además de desencadenar el padecimiento del alcoholismo, puede causar daños irreversibles al cerebro, corazón e hígado.
Podemos relacionar los efectos sobre el comportamiento humano con la concentración de alcohol en sangre:
- 0.05% de alcohol en la sangre: euforia, una sensación de relajación y bienestar, reducción de la visión.
- 0,10% de alcohol en la sangre: cambios en las habilidades motoras y confusión mental.
- 0,15%: demora en respuesta a eventos externos y mayor dificultad de coordinación.
- 0,20%: cambios de humor.
- 0.30%: habla distorsionada.
- 0.35%: estupor, falta profunda de respuesta, el individuo solo despierta con un estímulo energético (sacudidas, pellizcos, gritos).
- 0.45%: coma etílico, del cual el individuo no puede ser despertado.
- Superior al 0,45%: muerte.
En tránsito, una persona que ha ingerido alcohol es capaz de conducir si presenta niveles de etanol por debajo de 0,06%.