Conocido como uno de los grandes escándalos de toda la historia política de EE.UU., el caso Watergate, fue un hito en las relaciones entre el Estado y los medios de comunicación. A la vez, el presidente Richard Nixon fue el tema más polémico de una serie de investigaciones que examinaron minuciosamente las operaciones ilegales de su gobierno y negocios turbios que se llevaron a cabo detrás de las escenas de la temporada política.
Se inició en la madrugada del 17 de junio de 1972. A continuación, un grupo de cinco hombres irrumpieron en el Comité Nacional Demócrata en el edificio Watergate en Washington. Los autores se identificaron como simpatizantes del Partido Republicano, que querían instalar escuchas electrónicas en el lugar para obtener información importante de sus competidores. En un año de elecciones presidenciales, esta medida podría afectar el resultado de la elección.
A principios del siguiente año, con el arresto y enjuiciamiento de los involucrados, todo parecía estar resuelto. Sin embargo, cuando uno de los acusados informó que el juez John Sirica que el gobierno llevó a cabo una importante operación para sofocar el escándalo y el caso tomó una proporción aún mayor. El Congreso abrió el proceso de destitución contra el presidente y pidió una copia de todas las conversaciones grabadas que el presidente tuvo que ver con el caso.
A través del análisis de las conversaciones privadas de Richard Nixon, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes llegó a la conclusión de que el presidente sabía del avión de espionaje electrónico y luego trató de utilizar su influencia para detener las investigaciones de Watergate. Con esto, las autoridades acusaron a Richard Nixon de tratar de obstruir la justicia, abuso de poder y desafiar las órdenes de la corte. Mientras tanto, la opinión pública y los medios de comunicación de la izquierda situaron al presidente en peor situación.
El 9 de agosto de 1974, Richard Nixon fue el primer ministro norteamericano que anunció su dimisión como presidente de la nación. Tratando de poner fin a la agitación del momento, el nuevo presidente Gerald Ford concedió el perdón oficial para el juicio de Nixon que se vio entonces interrumpido. Por último, sólo los ayudantes del ex presidente -John Mitchell, HR Haldeman y John Ehrlichman- fueron condenados por su participación en Watergate.
A partir de este episodio, el público estadounidense le dio el antiguo aspecto de la reverencia y la distinción reservada para el presidente. Los resbalones de esta figura pública importante reflejaron que no podía estar por encima de la ley de organización de la vida política de los Estados Unidos. En los años siguientes de su vida, Nixon evitó cualquier especulación relacionada con sus activos financieros. Cuando se le preguntó a hacer un discurso o una conferencia rechazaba el pago de la cuota.
Richard Nixon pasó sus últimos años viviendo en Nueva York, donde vivió discretamente alternando con frecuentes caminatas nocturnas, isitas a las bibliotecas y la producción de textos. En abril de 1994, Nixon no soportó los efectos de un derrame cerebral que provocaron su muerte a los 81 años de edad.