El equilibro se encuentra junto al oído humano. El sistema vestibular o aparato vestibular está formado por el utrículo, el sáculo y los canales semicirculares. A pesar de estar posicionado en el oído, el sistema vestibular no interviene en la audición y sí en el equilibrio. Actúa utilizando las células sensoriales (esterocílios) que existen dentro de ella y que se activan cuando hay movimiento en el cuerpo enviando estos mensajes al sistema nervioso por el cambio de posición.
El equilibrio es un factor de gran importancia para los seres humanos, porque sin él sería difícil o incluso imposible de llevar a cabo ciertas tareas. Estas son habilidades que hacen posible volver a su estado inicial después de la finalización de un movimiento que causa inestabilidad. Para alcanzar estas habilidades, el cuerpo utiliza el sistema vestibular, situado cerca del oído humano para equilibrar el cuerpo.
El sistema vestibular, integrado por estructuras óseas, tiene su interior relleno de estructuras membranosas y líquidos que son responsables de enviar al cerebro las informaciones de dirección, recibiendo también informaciones de las actividades sensoriales y de las actividades motoras para funcionar bien.
A través del equilibrio se consigue permanecer de pie, andar, correr, saltar y, principalmente, mover todos los miembros. Tales movimientos solamente son realizados porque el organismo, por medio del sistema vestibular, aprende a estabilizar las fuerzas ejercidas en el movimiento haciendo con que estas sean anuladas, es decir, actúa compensando la fuerza realizada tratando de que las articulaciones vuelvan a su fuerza inicial.
