La epilepsia es un síntoma común de diversas enfermedades que afectan al SNC (Sistema Nervioso Central). Esta es una condición que afecta a una de cada 100.000 personas en todo el mundo.
Convulsión
La principal manifestación de la epilepsia es una convulsión causada por una alteración en la actividad y la química cerebral eléctrica. Una convulsión ocurre cuando las células conocidas como neuronas disparan impulsos eléctricos de manera anormal induciendo un comportamiento extraño al cuerpo.
Las convulsiones varían de persona a persona dependiendo de la gravedad. Algunos simplemente experimentan una sensación extraña, sin pérdida de la conciencia y sienten que están en un trance durante varios minutos. Hay pacientes, sin embargo, que presentan temblores incontrolables del cuerpo, seguido de pérdida del conocimiento.
Diagnóstico de la epilepsia
Se ha establecido un patrón epidemiológico que ha de incluir la ocurrencia de dos o más eventos de convulsiones no provocadas en un intervalo mayor que 24 horas para el diagnóstico de epilepsia.
Enfermedades que pueden causar epilepsia
La manifestación puede ocurrir a cualquier edad y depende de factores externos o genéticos. Los factores externos son, en general, resultantes de daños provocados, como el traumatismo craneal o enfermedades. Las principales enfermedades que tiene como síntoma la crisis epiléptica son las meningitis y encefalitis, tumores cerebrales, accidente cerebrovascular y enfermedad de Alzheimer.
También pueden causar crisis convulsivas el abuso de alcohol y de ciertas drogas. La manifestación por medio de crisis convulsivas puede ocurrir, todavía, por cuenta de la asfixia perinatal y otros traumatismo causados en el parto.
Cuando hay una predisposición genética, la epilepsia es manifestada en enfermedades tales como las esclerosis, incluyendo la esclerosis tuberosa, que se caracteriza por la formación de tumores benignos en órganos vitales como, por ejemplo, el cerebro. Los tumores intracraneales socavan la organización y funcionamiento de las neuronas, causando las convulsiones.
Tratamiento de la epilepsia
El tratamiento más aplicado para la epilepsia se realiza mediante el control de drogas establecido por el tipo de convulsión inducida. Algunas personas necesitan consumir fármacos de control durante toda la vida y otras, dependiendo de la forma en que se vean afectadas, apenas por un periodo hasta tener bajo control las crisis desencadenadas.
Los medicamentos usados son denominados antiepilépticos y tienen un porcentaje de éxito que alcanza el 70% de los casos, conforme a los estudios elaborados por la Epilepsy Foundation, de Reino Unido. La definición del fármaco a ser aplicado ocurre también después de la realización de exámenes de apoyo para el diagnóstico.
Exámenes de la epilepsia
Las principales pruebas para determinar la incidencia de la epilepsia son el EEG (electroencefalograma), que muestra la actividad en el cerebro; y la RM (resonancia magnética), que demuestra, como en una fotografía, los daños en el cerebro.
Primeros auxilios en la aparición de una crisis epiléptica
- Al ser testigo de un ataque epiléptico, el primer paso es no entrar en pánico;
- El paciente debe estar acostado y tener protegida su cabeza con algo suave;
- Los objetos potencialmente peligrosos deben eliminarse;
- Nunca colocar la mano en la boca del afectado;
- Esperar al final de la crisis epiléptica;
- Llamar a urgencias independientemente del tiempo de duración de la convulsión.
Gráfico © John Velasco / Q’HUBO