El enlace iónico se forma por atracción electrostática entre iones de cargas opuestas, positivas (cationes) y negativas (aniones). En este sentido, la transferencia de electrones es definitiva.
El enlace iónico se produce cuando un elemento metálico reacciona con un elemento ametálico. Los metales donan sus electrones de la última capa, estos serán recibidos por los elementos del grupo principal. Vamos a ver cómo:
- Metales que tienen 1, 2 o 3 electrones en la última capa se unen con los elementos del grupo principal que tienen 5, 6 o 7 electrones.
- Para formar el enlace iónico es necesario que uno de los átomos tenga tendencia a abandonar los electrones, mientras otro tenga la tendencia de recibir electrones. Los átomos con tendencia a ceder electrones corresponden a los metales de las familias IA, IIA, IIIA, y los átomos que reciben electrones son los ametales que presentan cuatro, cinco, seis y siete electrones en la capa de valencia.
¿Cómo se forman los compuestos iónicos?
- Ajustes entre compuestos iónicos forman sustancias iónicas. Todo comienza cuando los iones se unen debido a las fuerzas de atracción electrostática. Si observamos por un microscopio percibiremos la formación de retículos cristalinos, que son aglomerados de iones de forma geométrica bien defnida.
- Las sales y otros grupos de minerales tienen iones que forman compuestos iónicos y, consecuentemente, sustancias iónicas. La formación de la sal de cocina (cloruro de sodio) a partir de átomos de sodio (Na) y de cloro (Cl) es el ejemplo que más representa un enlace iónico. El átomo de sodio consigue la estabilidad electrónica cuando pierde un electrón, originando el ión Na+. El atomo de cloro alcanza la estabilidad cuando recibe un electrón, originando el ión Cl-.
Los compuestos constituidos por los iones (Na+ e Cl-) son designados compuestos iónicos, por ser electrónicamente estables, es decir, ocurre una interacción electrostática entre ellos (cargas con signo opuesto se atraen):
Na+ + Cl- → NaCl
Los compuestos iónicos tienen generalmente altos puntos de fusión y ebullición, son sólidos duros y frágiles y se solubilizan fácilmente en solventes polares.
