Para intentar resolver el problema de la falta de recursos financieros y del subdesarrollo, los países subdesarrollados tienden a adoptar algunas medidas, cuyos resultados son muy cuestionables. Entre ellos y sus implicaciones se destacan:
Crecimiento de las exportaciones de commodities (productos cuyo precio está determinado por la oferta y la demandan internacional) que cumplan con los intereses de la agroindustria transnacional. El crecimiento de producción en determinados productos pueden resultar extremadamente positivos pero también traen consigo consecuencias negativas, como deterioro de los términos de intercambio (las materias primas exportadas por esos países valen cada vez menos en comparación con los productos de alta tecnología importados del mundo desarrollado); deterioro ambiental (contaminación causada por el uso de agrotóxicos, deforestación para nuevos cultivos, problemas ambientales por uso incorrecto del suelo…).
Préstamos de organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial y la atracción de inversión extranjera (transnacional) por incentivos fiscales ofrecidos por los gobiernos de los países subdesarrollados. En muchos casos estas características se utilizan para importar tecnología, mejorar la infraestructura y modernizar la economía. Para atraer a transnacionales, el objetivo es generar empleos y divisas. También en este caso debe tenerse en cuenta algunas que imponen el aumento de la deuda externa, esto es, todo el dinero que fue tomado por préstamo fuera del país a cambio de intereses con garantía de pago en el plazo definido. Se produce, por lo tanto una salida de moneda fuerte de los países subdesarrollados, lo que eleva el déficit (prejuicio) en sus cuentas. Por lo tanto, los países pobres se convierten, en la práctica, en exportadores de capitales, bajo la forma de remesas de lucros y pagos de los intereses de la deuda externa.
Apertura del mercado financiero a los inversionistas extranjeros: los países ofrecen mayores tasas de interés para atraer dólares y así obtener recursos, para pagar la deuda contraída.
Consecuencias de las medidas
Este artificio también tiene consecuencias: permite la salida en cualquier momento de los capitales especulativos (recursos financieros atraídos por generar más déficit, porque el volumen es siempre mayor que el volumen que entra; somete a los países subdesarrollados a las exigencias de organismos internacionales, como el FMI, para obtener nuevos préstamos. Eso ocurre porque el dinero solamente es liberado bajo condiciones rígidas, como intereses altos o saldo positivo de las cuentas públicas, excluyendo el servicio de deudas anteriormente contraídas. En la práctica significa una mayor recaudación (cobrando más impuestos y tarifas a la población) y reducción del gasto (reducción de la calidad de los servicios públicos), para que el Estado sea capaz de pagar la nueva deuda que está siendo contraída. En ese caso, las consecuencias pueden ser nefastas, como educación y salud en bancarrota, fuerzas armadas y sanidad pública deficientes así como una infraestructura obsoleta.
Este marco se está convirtiendo en algo común en los países subdesarrollados aplicando los preceptos del neoliberalismo (el Estado debe ser mínimamente no intervencionista. Los países subdesarrollados han sido presionados para tomar las siguientes medidas: promover la libertad de mercados (incluyendo financieros) para la entrada de productos extranjeros y efectuar privatizaciones, lo que disminuiría los gastos estatales.
Los más críticos advierten que las prácticas neoliberales pueden generar una competencia elevadamente desigual con productos extranjeros, cuya tecnología incorpora ventajas en relación al equivalente nacional. Señalan que, si a las empresas extranjeras se les permite producir en los países pobres, el impacto positivo en la generación de empleos es mínimo, puesto que la mayoría de estas industrias utiliza formas de producción extremadamente automatizadas.
Soluciones a la dependencia internacional
Por otro lado, se propone la superación de los problemas de los países en desarrollo mediante la adopción de algunos procedimientos obvios: aumentar las inversiones en investigación y desarrollo; exportar productos con mayor valor agregado, es decir, más elaborados, más apreciados en los mercados extranjeros; erradicar el analfabetismo y proporcionar una educación que sea compatible con un mayor nivel tecnológico.
Se sabe, sin embargo, que tales medidas requieren de más recursos, lo que significa obtener más préstamos de organismos internacionales o mayor fuerza nacional. Cabe destacar que los intereses nacionales deben ser privilegiados, lo que exige una severa lucha contra corrupción financiera y política que atormenta a muchos países que viven en el subdesarrollo.
