Alrededor del año 492 a. C., la ciudad de Agrigento, Empédocles nació, un hombre que sin duda había muchas virtudes: era un médico, dramaturgo, político, poeta y filósofo.
Con una escritura que tenía la intención de deleitar y convencer emocionalmente, Empédocles expresaba en hermosos versos su forma de pensar y sus conocimientos sobre la naturaleza y la religión.
Al reanudar la discusión de los primeros filósofos, Empédocles estaba de acuerdo en que la naturaleza tenía un origen único, pero innovó para creer que esta fuente no sólo derivase de un principio único, sino que consistiera en cuatro raíces fundamentales: tierra, fuego, aire y agua.
De acuerdo con Empédocles, fue de la reunión y la separación de estos elementos que todas las cosas surgieron. El ‘devir’ o movimiento y transformación y la generación y corrupción de las cosas, la aparición y desaparición, es debido a la mezcla de estos elementos distribuidos en diversas proporciones. Lo que es característico de cada ser era el predominio de uno u otro de estos elementos, y uno nunca llega a transformar en otro sino que solamente tienen diferentes distribuciones. Es una diferencia cuantitativa, de cantidad.
Sin embargo, aun teniendo en cuenta los cuatro elementos que permanecen siempre en todas las transformaciones, la cuestión que provocó la reunión o separación de estos elementos es extrínseco a ellos: según Empédocles, el amor y el odio son los dos elementos universales que proporcionan el movimiento de la reunión y la separación de sustancias.
Empédocles debió haberse dado cuenta que el enfoque de amor-odio aproxima y, a la vez, aparta a los seres humanos y, por eso, los elevó a la categoría de las fuerzas antagónicas cósmicas capaces de realizar el proceso de atracción y repulsión. Para nuestro filósofo, los opuestos no se atraen, sino que al contrario, el semejante atrae al semejante y el desemejante repulsa al desemejante. Y ese movimiento es considerado por el autor como eterno, un ciclo constante en el cual prevalece la armonía y por el que el Amor está actuando. Cuando es la desarmonía y el desequilibrio los que prevalecen (en política, salud, emocionalidad, etc) es porque el Odio está actuando.
Con este punto de vista, Empédocles abre el camino “pluralista” de pensar en la Naturaleza. Esto significa que varios elementos son los constituyentes de la realidad, no uno como el pensamiento de los filósofos anteriores.