La adolescencia es una etapa muy turbulenta en la mayoría de los casos, debido a los descubrimientos, las ideas opuestas a sus padres y hermanos, la formación de la identidad y las primeras relaciones amorosas. Es una fase de desarrollo humano que se sitúa entre la infancia y la fase adulta. Muchas alteraciones son percibidas en la fisiología del organismo, en los pensamientos y en sus actitudes.
El embarazo es el período de crecimiento y desarrollo de los embriones en la mujer e implica muchos cambios físicos y psicológicos. Desde el crecimiento del útero y los cambios en las mamas las preocupaciones se centran en el futuro del niño por nacer. Son pensamientos y alteraciones importantes para la fase.
Adolescencia y embarazo, cuando suceden paralelamente, pueden tener consecuencias serias para todos los familiares, pero principalmente para los adolescentes implicados, pues rodean crisis y conflictos prenatales. Lo que sucede generalmente es que esos jóvenes todavía no están preparados emocional y financieramente para asumir esa responsabilidad, llevando al abandono del hogar, el aborto voluntario, el abandono escolar o el abandono del propio hijo huyendo de la propia realidad.
El inicio de la actividad sexual se relaciona con el contexto familiar, adolescentes que inician la vida sexual precozmente y se quedan embarazadas. La caída de patrones conservadores, la libertad idealizada, el hábito de encuentros eventuales y la no responsabilidad en el uso de anticonceptivos hacen que cada día la actividad sexual infantojuvenil crezca y consecuentemente exista un aumento de casos de embarazos en la adolescencia.
El embarazo precoz puede estar relacionado con diferentes factores, desde la estructura familiar, hasta la formación psicológica y la baja autoestima. Por lo tanto, el apoyo familiar es muy importante, porque la familia es la base que puede proporcionar la comprensión, el diálogo, la seguridad, el afecto y el apoyo, tanto para los adolescentes que participan como para el desarrollo saludable del futuro bebe. Con el apoyo de la familia, las dificultades del aborto y la lactancia materna han reducido sus riesgos. Cambios en el embarazo implican cambios diferentes en el cuerpo de la mujer embarazada joven y síntomas tales como la depresión y cambios de humor pueden empeorar o mejorar según el tipo de personalidad y su estabilidad emocional.
Para muchos de estos jóvenes, no hay ninguna posibilidad de futuro ni tampoco planes de vida. Sumado a esto, la falta de orientación sexual y de informaciones pertinentes y la imagen transmitida por medios de comunicación sobre la sensualidad, libido, belleza y libertad sexual estimulan el impulso, sin pensar en las consecuencias y precipitando la incidencia de gestación juvenil.
Es muy importante que la adolescente atraviese el prenatal de modo que pueda comprender mejor lo que sucede con su cuerpo y su bebe, prevenir enfermedades y poder hablar abiertamente con un profesional, resolviendo las dudas que aquejan a esas jóvenes.
