Zen es el nombre japonés de la tradición (y filosofía) religiosa ch’an, que surgió en China alrededor del siglo VII. A menudo se asocia con la rama Mahāyāna. Fue cultivado, inicialmente, en China, Japón, Vietnam y Corea. La práctica básica del zen es el zazen (literalmente meditar sentado), tipo de meditación contemplativa que busca llevar al practicante la experiencia directa a través de la observación de la propia mente y de la paralización de los pensamientos.
El zen, como lo conocemos hoy en día, sólo fue posible debido a la fuerte influencia que el budismo sufrió del taoísmo. Para algunos estudiosos, el zen se reduce a la síntesis de esas dos corrientes del pensamiento (budismo y taoísmo). Otros concluyen que el zen debería ser considerado aparte del budismo, pues su naturaleza y tradición tan peculiares solamente fueron posibles y creadas debido a la influencia del pensamiento chino.
En el zen japonés, hay dos vertientes principales: Sōtō y Rinzai. Mientras el Sōtō da mayor énfasis a la meditación silenciosa, la escuela Rinzai hace amplio uso de los koans (enigmas). Actualmente, el zen es una de las escuelas budistas más conocidas y de mayor expansión en Occidente.
Según el filósofo británico Alan Watts (1915-1973), que destacó por la divulgación del zen, este, en su forma original china, no se encuentra más en China, siendo sus formas más próximas encontradas en formas tradicionales en Japón.