El sudor es una secreción líquida inodora (sin olor), secretada por las glándulas de sudor, un tejido de la glándula exocrina existente en el extracto tejidual hipodérmico (tejido subcutáneo adiposo), en la piel de mamíferos, produciendo solución salina constituida principalmente por urea, cloruro de potasio y agua.
A través de la transpiración, se mantiene el equilibrio homeostático del organismo, permitiendo al cuerpo perder calor cuando la temperatura exterior se incrementa. Por tanto, se trata de una mecanismo de defensa del organismo, interviniendo cuando tenemos fiebre, haciendo que el sudor eliminado en la superficie de la piel absorba el estado térmico en exceso, utilizado por evaporación de este líquido, restableciendo las condiciones normales de la fisiología orgánica, evitando, por ejemplo, la desnaturalización de proteínas.
La hiperactividad de las glándulas sudoríparas establece una condición de la sudoración excesiva, llamada hiperhidrosis primaria o secundaria relacionadas con trastornos de la tiroides, oscilación endocrina causada por la menopausia, la obesidad, el estrés o los trastornos psiquiátricos.
Ese estado hiperactivo afecta a una considerable población, con frecuencia relativa equivalente al 12%, no siendo una enfermedad grave que plantee riesgos de vida. Sin embargo, se trata de una molestia con afecciones de orden psicológico, causando determinados trastornos sociales. Algunos casos son tratados con la extirpación de las glándulas principalmente en la región axilar, donde juntamente a la eliminación anormal de sudor, bacterias y hongos acomodados en ambiente húmedo produce sustancias volátiles con olor característico.