El sistema urinario es el responsable de la eliminación de las sustancias en exceso o no deseadas alojadas en nuestro cuerpo, siendo eliminadas junto con la orina. Está formado por riñones, uréteres, vejiga urinaria y la uretra. La uretra de niños y hombres es más larga que la de las niñas y mujeres.
Los riñones tienen forma similar a la del frijol y se encuentran en el abdomen, uno en cada lado. En los riñones, la sangre de nuestro cuerpo se filtra, dejando la orina. Ella es muy rica en agua y, por contener ciertas sustancias, como la urea, aparece amarillento y huele un poco fuerte.
Cuanto más agua bebemos, más clara e inodora quedará la orina, ya que se ella se volverá más diluida.
De los riñones, la orina pasa a través de los uréteres hasta la vejiga. Ésta es muy elástica, capaz de almacenar una cantidad razonable de orina, hasta el momento de ir al baño. Cuando llegue ese momento, la orina es expulsada del cuerpo a través de la uretra. Científicamente, este acto de orinar se conoce como micción.
No es bueno para mantener la orina, ya que, a través del tiempo, además de las impurezas de nuestro cuerpo, la orina puede mostrar una serie de microorganismos que pueden causar problemas de salud. Uno de los problemas derivados de la retención de orina es la infección del tracto urinario, lo que provoca ardor y dolor en los genitales.
