Se convierte en mucho más fácil entender el sistema inmunológico cuando se entiende la función de los leucocitos (glóbulos blancos) en nuestro cuerpo ya que son nuestras células de defensa.
La acción del sistema inmune se inicia muy temprano, incluso en la fase intrauterina. En esta etapa, los linfocitos fetales hacen la copia y almacenamiento de todas las secuencias de aminoácidos (proteínas) existentes en su cuerpo.
Es interesante saber que un único linfocito no conoce todo el cuerpo, pero todos juntos pasan a reconocer todas las proteínas de nuestro cuerpo. De esta forma, es más fácil identificar la presencia de alguna proteína desconocida para, solo entonces, combatirla.
La lucha contra el cuerpo extraño será iniciada inmediatamente después de la producción de anticuerpos, en esta fase, el linfocito pasará a llamarse plasmocito.
La reacción de los anticuerpos contra este cuerpo extraño se conoce como antígeno-anticuerpo, y es responsable de atraer al mayor número posible de macrófagos. Estos, a su vez, harán la fagocitosis, destruyendo no únicamente el cuerpo extraño, sino también el anticuerpo que a él está adherido.
Después de destruir los cuerpos extraños, los macrófagos se autodestruyen (este proceso se denomina autolisis). Finalmente, restarán solamente sus residuos, que son removidos por la corriente sanguínea. Cuando esto no ocurre, la acumulación de macrófagos muertos pasará a tener la forma de pus.
