El sistema excretor tiene la función de eliminar los residuos de las reacciones químicas que ocurren dentro de las células, en el proceso de metabolismo. Por lo tanto, muchas sustancias que no son aprovechadas en el organismo, especialmente aquellas tóxicas, son excretadas del cuerpo.
La eliminación de sustancias nocivas o que están en exceso en nuestro cuerpo se llama de proceso de excreción que permite el equilibrio interno de nuestro cuerpo. Los productos de excreción son llamados ‘excretas’ que se liberan de las células en el líquido para que las bañe (líquido intersticial) y luego se pasan a la linfa y a la sangre.
Es importante destacar que el sistema excretor es responsable de mucho más que la eliminación de los residuos. Se trata del principal responsable de controlar la composición química del medio interno. Por lo tanto, los riñones participan en el control de las concentraciones plasmáticas de iones tales como sodio, potasio, bicarbonato, calcio y cloruro; y de acuerdo con las concentraciones en la sangre, estos iones se pueden eliminar en mayor o menor medida en la orina. Los riñones actúan como un filtro que retiene las impurezas en la sangre y los deja en condiciones de circular nuevamente por el organismo. Las sustancias descartadas forman la orina, que es eliminada por las vías urinarias que forman parte del sistema urinario.
Del metabolismo de los carbohidratos (azúcares) y lípidos (grasas), los principales productos finales son dióxido de carbono y agua. Por lo tanto, el dióxido de carbono es descartado a través de los órganos del sistema respiratorio y el agua; debido a su enorme importancia para la célula, queda conservada en gran parte del organismo. Entretanto, el exceso de ella es eliminado a través de la orina, del sudor, de diversas secreciones o todavía bajo la forma de vapor, por medio de la expiración. Vale recordar que la producción de sudor no está relacionada al proceso de excreción y sí de la regulación de temperatura en el organismo.
Sin embargo, las proteínas (formadas de aminoácidos) también son metabolizadas, y de su metabolismo resultan sustancias perjudiciales al organismo entre ellas, el dióxido de carbono y los productos nitrogenados, como el amoníaco, la urea y el ácido úrico. Hay también agua y sales minerales, con destaque para el cloruro de sodio (el principal componente de la sal).