El rococó procede del término francés ‘rocaille’ que significa ‘concha’, asociado a determinadas fórmulas decorativas y ornamentales como la incrustación de conchas y fragmentos de vidrios utilizados en cuevas artificiales. Fue muchas veces objeto de apreciaciones estéticas peyorativas.
Historia
El Rococó es un movimiento artístico europeo, surgido por primera vez en Francia, en la intersección entre el Barroco y el Neoclasicismo. Examinado por muchos como la variación profana del barroco, surge cuando el movimiento se libera de la temática religiosa y empieza a incidir en la arquitectura de palacios civiles, por ejemplo. En sentido estricto, el rococó es el barroco llevado a la exageración de decoración.
La expresión Época de las luces se asocia frecuentemente al siglo XVIII. Siglo de paz relativa en Europa, marcado por la Revolución Americana (1776) y la Revolución Francesa (1789). En el ámbito de la historia de las formas y las expresiones, el siglo comenzó con signos del barroco. En poco tiempo el Neoclasicismo dominaba la creación de los artistas. Entre ambos, existió el Rococó. En la joyería, en el mobiliario, en la pintura o en la decoración de interiores de hoteles parisinos de la aristocracia se encuentran elementos característicos del movimiento: las líneas curvadas, delicadas y fluidas, los colores suaves, el carácter lúdico de los retratos y las fiestas galantes y las actitudes de una sociedad en busca de la felicidad, de la alegría de vivir y de los placeres sensuales.
Los pintores más representativos fueron François Boucher, Antoine Watteau y Jean-Honoré Fragonard.
Características
El rococó tiene como principales características las siguientes:
- Los colores claros.
- Tonos pastel y dorados.
- Representación de la vida profana de la aristocracia.
- Representaciones alegóricas.
- Estilo decorativo.
- Ligereza en la estructura de los edificios.
- Unificación del espacio interior, con mayor gracia e intimidad.
- Texturas suaves.
- Hedonismo.