La duda, el miedo, el deseo y la felicidad son algunos de los estados emocionales que tiene la mujer cuando afronta su primer embarazo.
Un embarazo siempre va acompañado por el miedo, las dudas y ansiedades y, cuando se trata del primer embarazo, todas estas emociones se viven con mayor fuerza. El comienzo de un embarazo trae situaciones muy diferentes para cada mujer, siendo más susceptible a diversas oscilaciones en el humor.
Una vez que se descubre el embarazo, la futura madre debe consultar a su ginecólogo para exámenes médicos sobre el control de su salud y para iniciar la atención prenatal. Si no se tiene un médico de familia, los expertos recomiendan hablar con la gente de su entorno para escoger el mejor profesional para supervisar todo el embarazo, incluso el asistimiento al parto. Es muy importante que exista una relación de confianza entre madre y profesional a fin de sentirse seguros y confortables con el cambio que se está produciendo.
En las siguientes 40 semanas, el cuerpo de la gestante pasará por diversas transformaciones que anuncian el crecimiento del bebe. Es muy importante seguir las indicaciones prenatales para cada trimestre y acudir a las consultas de forma periódica. Es durante la fase prenatal que el médico detecta cualquier problema y ayuda a prevenir otros, como enfermedades que pueden afectar al futuro bebe o a la propia madre, permitiendo así un desarrollado saludable y reduciendo los riesgos. Cualquier alteración en la gestación, como sangramiento o dolor intenso, debe ser alertada al médico con urgencia. A veces el sangramiento es una señal de alerta y no es difícil su resolución.
Con un control adecuado, apoyo familiar y los hábitos de salud, la mujer embarazada podrá disfrutar de cada momento que precede a la llegada del hijo.
