Se engaña quien piensa que la moda de los cabellos lisos es actual; esa manía existe desde hace varios siglos. Antiguamente, para conseguir el efecto liso, las mujeres cogían el pelo encrespado y pasaban manteca de cerdo, sebo y aceite de pescado. Ya en el siglo XVIII, la táctica fue otra, lavándose los cabellos con éter y ácido sulfúrico diluido en agua. Con el paso del tiempo, las técnicas fueron evolucionando, tanto que, en el siglo XIX, las melenas eran domadas con la acción del calor, con toallas mojadas en agua hirviente y barras de hierro calentadas en carbón.
Durante el siglo XX se descubrió que la temperatura de 100ºC hace que el hidrógeno presente en los hilos del cabello se evapore, dejándolos con un aspecto liso. A partir de ese principio diversas invenciones fueron surgiendo, una más inusual y con mayor precisión que otra. La plancha ha sabido poner en disciplina los cabellos rebeldes dando como resultado un alisado profesional.
El prototipo actual de plancha de pelo fue creado por el ingeniero estadounidense Isaak K. Shero, llamando a su creación de ‘flat iron’. Pero la tendencia de alisar los cabellos con ese tipo de equipamiento solamente se hizo realidad después de 20 años, en París, con el primer modelador de cabellos. Según algunos investigadores, ese instrumento tenía la apariencia de una pinza gigante y era calentado en estufa; las mujeres probaban la temperatura hasta alcanzar una que proporcionase el efecto liso.
Las planchas eléctricas surgieron en la década 1980 y este invento pronto se convirtió en furor entre las mujeres que tenían un poder adquisitivo elevado. En la actualidad, la conocida plancha se hizo accesible a todas las clases sociales, teniendo precios y calidades diferentes. Las piezas más valoradas son las de cerámica y de infrarrojos, pues proporcionan u n efecto más duradero y más natural. El efecto del alisado es totalmente reversible, basta exponer el cabello a la humedad para que él regresar a su estado natural. Se deben tomar algunas precauciones al uso de la plancha, pues el uso excesivo del recurso perjudica los cabellos produciendo su debilitamiento.