La estabilidad experimentada en Europa en el siglo XI trajo cambios importantes en el mundo feudal. El orden de las invasiones bárbaras aumentó la población dentro de los feudos y permitió la acumulación de excedentes a ser comercializados en las ferias locales. Al mismo tiempo, el aumento de las cuotas de la población no fue acompañado por la expansión de los cultivos de ese período.
Así, los señores feudales comenzaron a aumentar impuestos y demandas de la gente sobre las poblaciones serviles. Al mismo tiempo, preocupada por no fragmentar las tierras en su dominio, este mismo rango de clase empezó a conceder el derecho de herencia de las tierras a los primogénitos. El resto, sin algún tipo de propiedad, buscaron otro tipo de actividades para asegurar su propia supervivencia.
Muchos siervos, sometidos a la opresión nobiliaria, preferían salir de los feudos para lanzarse a la mendicidad o cualquier otro tipo de actividad marginal. En este contexto, la edad media comenzó a experimentar un crecimiento poblacional capaz de causar una crisis que haría detonar el mundo feudal. En ese mismo periodo, la Iglesia se vio amenazada por la expansión de la religión musulmana que ya tenía dominada varias parcelas de Europa Occidental.
En 1095, la Iglesia decidió crear oposición a los musulmanes que dominaron la ciudad de Jerusalén. De esta manera, con el objetivo de controlar la Tierra Santa, el Papa Urbano II comenzó a convocar a los cristianos contra el avance de los musulmanes. Al tiempo, comerciantes interesados en el control de las rutas comerciales árabes, apoyaron la embestida militar convocada por el alto clero medieval.
Los nobles y los siervos sin protección también participaron en el proyecto con el objetivo de la conquista de nuevas tierras. De esta manera, comerciantes, clérigos, nobles tierras y hombres libres, comprometidos en el ejército cristiano, que portando la señal de la cruz en sus vestimentas, formaron el denominado movimiento de las cruzadas. A lo largo de más de dos siglos, parten varias cruzadas de Europa occidental hacia el Asia menor.
A lo largo de este proceso, las Cruzadas permitieron el control de varios puestos de comercio en el Oriente y la expansión de las tierras de cultivo. Así pues, podemos ver un momento de consolidación de una intensa actividad comercial que ha guiado las transformaciones que marcaron el contexto social, político y económico de la edad media.
