El núcleo es responsable de controlar todas las funciones celulares. La mayoría de las células en nuestro cuerpo posee un solo núcleo. Sin embargo, hay células que no tienen (por ejemplo: glóbulos rojos maduros) y otros que tienen múltiples (por ejemplo, las células musculares, esqueléticas).
Entender más sobre el núcleo de la célula
Dado que no todas las células tienen un núcleo definido, la biología las divide en dos grupos: las células eucariotas (células con núcleo definido) y las células procariotas (células sin núcleo definido).
Dentro de estos dos grupos, es importante saber que incluso las células procariotas tienen ADN. En este caso, en lugar de centrarse en el núcleo, al igual que con las células eucariotas, el ADN se encuentra normalmente en el nucleoide.
El nucleoide no es un núcleo verdadero, ya que no se encuentra separado del resto de la célula por membrana propia. Se compone de una sola molécula grande ADN con proteínas asociadas.
En el caso de las células eucariotas, el núcleo está separado de la envoltura nuclear, la cual, además de tener la función de separar el núcleo del citoplasma, se comunica con el citoplasma a través de los poros nucleares. Estos poros son responsables de controlar el intercambio de sustancias entre el núcleo y el citoplasma.
Dentro del núcleo se encuentran cuerpos en formatos esféricos denominados nucléolos, compuestos proteicos, ADN y ARN y los genes nucleares, también conocido como código genético. Estos genes son responsables no solamente de las características hereditarias, sino también para el control de la mayoría de actividades realizadas por las células.
En general podemos decir que el núcleo tiene dos funciones básicas: regular las reacciones químicas que ocurren dentro de la célula y almacenar sus informaciones genéticas.