La Tierra realiza varios movimientos en el espacio exterior, siendo los principales el movimiento de rotación (movimiento que la Tierra realiza en torno a sí misma) y el movimiento de traslación, además de otros no conocidos, como el de precesión y nutación.
El movimiento de traslación es el recorrido que la Tierra realiza alrededor de una estrella, el Sol. Este movimiento no es recto en su trayecto, sino que tiene una configuración circular, que realmente se hace de forma elíptica. Debido a que el movimiento es elíptico, suceden variaciones durante el año en relación a la distancia entre el Sol y la Tierra. Estas variaciones reciben la denominación de afelio (cuando aumenta la distancia entre el Sol y la Tierra) y perihelio (cuando están más próximos).
La variable característica del movimiento resulta en la aparición de los cambios de estación (verano, otoño, invierno y primavera). No obstante, los cambios de estaciones no son el único factor determinante, ya que debe ser tenido en cuenta la inclinación del eje de la Tierra (66° 33′) de acuerdo con su propia órbita.
El tiempo necesario para completar el movimiento de traslación es de 365 días y 6 horas, y 366 días en años bisiestos. Los años bisiestos tienen 366 días debido a la acumulación de las restantes seis horas de los años no bisiestos en cuatro años, que en su conjunto forman un total de 24 horas o un día, es decir 6 horas multiplicado por 4 años. Este día adicional se añade en el mes de febrero (29). Los años bisiestos que coinciden con los años que tienen varios números múltiplos de 100 (por ejemplo, 2000) no se consideran. Durante la ejecución de la traslación, el movimiento de la Tierra en su locomoción en torno al Sol comprende una velocidad estimada de 108 km/h.
