La Tierra presenta varios fenómenos naturales, entre la totalidad de movimientos que se llevan a cabo en el espacio exterior. Los principales son los movimientos de rotación y traslación, y otros menos conocidos como la precesión y la nutación. Esto demuestra que nuestro planeta es dinámico, ya que reflejan directamente los acontecimientos en los seres vivos y en las características naturales de la Tierra.
El movimiento de rotación es un desplazamiento que lleva de la Tierra a girar sobre su propio eje, en el sentido anti-horario, o de oeste a este. El tiempo necesario para la realización de este movimiento es de 24 horas o un día (el tiempo exacto es de 23 horas, 56 minutos y 4,9 segundos).
Tal movimiento es responsable de la alternancia del día y la noche, mientras que la parte que recibe la luz del Sol es de día; en la otra, que carece de luz, es de noche. Este hecho interfiere en la vida de los animales y de los seres humanos, y en sus relaciones sociales.
En las zonas cercanas a la línea del Ecuador, la velocidad del movimiento es mayor que en las regiones de bajas latitudes, en torno a 1.667 km/h. La rotación es crucial en el establecimiento de los horarios practicados en el planeta con el fin de realizar diferentes horas en diferentes partes del mundo.
Otro factor de gran importancia es que la rotación juega un papel importante al favorecer la proliferación de la vida en la Tierra. Si no hubiera movimiento, una parte de la Tierra permanecería siempre de noche y con temperaturas bajas; la otra, la parte iluminada, tendría temperaturas elevadas, de esta forma, ambas poseerían condiciones inviables para la vida.