Conocida como la reina de las frutas tropicales, el mango es el fruto del árbol perteneciente al género Mangifera. El fruto es originario de Asia, concretamente en la región desde el este de la India a las Filipinas, siendo introducida en climas tropicales en América por los portugueses con una sólida adaptación. Las plantas pueden alcanzar entre 35 y 40 metros de altura y requieren suelos fértiles y bien regados para prosperar.
El mango es una fruta del tipo drupa de clima tropical y subtropical. Su coloración puede variar dependiendo de la especie y su grado de maduración. Cuando el fruto está maduro, sus colores van del amarillo al naranja y rojo. Su pulpa, que es una semilla grande, es dulce y jugosa, pudiendo ser fibrosa en algunas especies.
El fruto es una gran fuente de vitamina A, importante para la piel, la visión y que colabora en el crecimiento; vitamina C, que actúa contra los organismos invasores e infecciones; y complejo B. Adicionalmente, el mango cuenta con varias trazas de minerales, especialmente calcio, fósforo y hierro, siendo indicado para el tratamiento de la anemia.
El mango puede ser consumido in natura, además de ser empleado en la fabricación de dulces, mermeladas, zumos, mermeladas, purés, helados y mousses. Las principales especies de fruta son: Tommy Atkins, Palmer, Keitt, Haden, Carlota, Espada, Van Dick, Rosa y Bourbon.
Los mayores productores de mango son India, China, Tailandia, México, Indonesia y Brasil. En la India, mayor productor de la fruta, el mango tiene una enorme importancia para la alimentación de las personas.
