Cuando hablamos de la Edad Media, solemos pensar en el fuerte y arraigado pensamiento religioso predominante en las distintas esferas de la vida. Cualquier fenómeno, evento o experiencia estaría vinculada a una explicación que se originó en el plan divino. Por lo tanto, la Iglesia tuvo un papel social fuerte que influyó fuertemente en la manera en que los hombres de ese tiempo debían entender y aceptar la realidad que les rodeaba.
En el aumento de estas características, muchos investigadores han concluido que la Edad Media fue la época en que la mayor fuerza de pensamiento era una fuente teocéntrica. Avanzando en el tiempo, el mundo llegaría a conocer una etapa conocida hoy como Renacimiento. Datado entre los siglos XIV y XVI, este movimiento es ampliamente reconocido por ofrecer nuevas formas de pensar acerca de la expresión artística, la ciencia y la política.
Entre las muchas características, el Renacimiento fue conocido por la difusión del humanismo. En general, el humanismo expresa su preocupación de los intelectuales y artistas de la época que tuvieron que abordar y estudiar las cuestiones que estaban estrechamente vinculadas a la figura del hombre. Por lo tanto, estamos contemplando una clara una clara ruptura con los valores del pensamiento medieval donde es más importante el ser humano terrenal que la propia deidad.
En el campo de las artes y la medicina, el humanismo estuvo representado por las obras y estudios haciendo un examen detallado de la anatomía y el funcionamiento de nuestro cuerpo. En la literatura, las pasiones y los dilemas son los elementos centrales que apuntaban a los sentimientos que interpretaban la naturaleza del hombre. Incluso en la política, vemos que la relación de los gobernantes hacia sus súbditos tematizaron esta nueva forma de pensar.
A pesar de esta evidencia, no podemos decir que la preocupación por el hombre no existía en la época medieval. De hecho, muchas de las manifestaciones de los humanistas del Renacimiento, no fueron influidas únicamente por la antigüedad clásica, sino también los textos y las ideas surgidas durante la Edad Media. El contacto con la cultura musulmana, el crecimiento de las ciudades y las universidades marcó el nacimiento de la aparición de problemas humanista entre los diversos pensadores medievales.
Podemos ver el Renacimiento como la continuación de un diálogo que comienza en la Edad Media. De hecho, sería extraño pensar que en un tiempo pasado en el que las preocupaciones humanas se quedaron completamente fuera, aunque fuesen vetadas o controladas por el pensamiento religioso. En este o en cualquier otro momento, la condición humana se manifiesta como el epicentro de una amplia gama de valores que intentan dar sentido a nuestra existencia.
