Distribución espacial de átomos en el Hidróxido de Sodio
El hidróxido de sodio es una base con la siguiente constitución: NaOH.
Esta base es comercializada y muy conocida cotidianamente como soda cáustica, pues ella es altamente corrosiva, causando quemadoras graves en todos los tejidos animales. Además de corrosivo, el hidróxido de sodio también es bastante tóxico y muy soluble en agua, lo que inclusive es una disolución que libera gran cantidad de calor, siendo un proceso exotérmico.
Es un sólido blanco, cristalino con punto de fusión igual a 318 °C y que tiene la propiedad de absorber agua del aire (higroscópico), convirtiéndose en un líquido incoloro cuando está expuesto al medio ambiente por un tiempo.
La soda cáustica se comercializa para el uso casero, pero su gestión debe realizarse con guantes porque es altamente corrosivo.
El hidróxido de sodio no existe en la naturaleza, es producido industrialmente por reacciones de electrólisis de disoluciones acuosas de cloruro de sodio (NaCl – salmuera), como puede verse más abajo:
2 NaCl + 2 H2O →2 NaOH + H2↑ + O2↑
Se aplica extensamente en la industria, en la purificación del petróleo y aceites vegetales, en la fabricación de productos para el hogar (como la pipa de los sumideros y desagües y en la eliminación de los suelos pesados) y en la preparación de productos orgánicos (tales como papel, celulosa, rayón, celofán, colorantes y, principalmente, jabón).
Desde la antigüedad el hombre realiza la reacción química para la producción de jabón a partir de la utilización de soda cáustica, porque reacciona con aceites y grasas, convirtiéndolas en sustancias solubles y fluidas, que se eliminan por lavado. En la producción de jabón, la persona encargada del proceso debe estar bien protegida, en razón del uso de la soda cáustica.