Las primeras reflexiones sobre la religión fueron hechas por los antiguos griegos y romanos. El filósofo griego Jenofonte había relativizado sobre el fenómeno religioso, argumentando que cada cultura creó dioses a su semejanza. El historiador griego Herodoto describió en sus historias las distintas prácticas religiosas de las personas que se reunieron durante los viajes que hizo. Frente a las diferencias entre la religión griega y la religión de los demás pueblos, intentó identificar algunos dioses de las culturas extranjeras con los dioses griegos. El sofista Protágoras declaró desconocer si los dioses existían o no, posición que tuvo como consecuencias su expulsión de Atenas para quemar toda su obra. El ateniense Critias defendía que la religión servía para disciplinar a los seres humanos haciendo que se adhirieran a los ideales de la virtud y de la justicia. Julio César y el historiador Tácito describieron en sus obras las prácticas religiosas de los pueblos que encontraron durante sus logros militares.
En los primeros siglos de la era actual, los escritores cristianos han producido reflexiones alrededor de la religión fruto de los ataques recibidos por los autores paganos. Estos criticaron el hecho de esta religión ser reciente en comparación con la antigüedad de los cultos paganos. Como respuesta a esta alegación, Eusebio de Cesarea y Agustín de Hipona mostraron que el cristianismo se introducía en la tradición de las escrituras hebraicas, que relataban el origen del mundo. Para los primeros autores cristianos, la humanidad era de inicio monoteísta, pero había sido corrompida por los cultos politeístas que identificaron con la obra de Satanas.
Durante la Edad Media, los pensadores del mundo musulmán revelaron un conocimiento más profundo de las religiones que los autores cristianos. En Europa, los viajes de Marco Polo llevaron a conocer algunos aspectos de las religiones de Asia, pero limitaron las perspectivas de otras religiones: el judaísmo fue condenado por el hecho de que los judíos habían rechazado a Jesús como Mesías y el Islam fue visto como una herejía por no ir en consonancia con los preceptos originarios del cristianismo, entre otros motivos.
El Renacimiento fue un movimiento cultural y artístico que trató de revivir los antiguos moldes. Así, los antiguos dioses de los griegos y los romanos ya no son considerados por la élite intelectual y artística como demonios, siendo representados y estudiados por los artistas. Nicolás de Cusa realizó un estudio comparativo entre el cristianismo y el islamismo en trabajos tales como De pace fidei y Cribatio Alcorani. En Marsilio Ficino se encuentra un interés en el estudio de las fuentes de diferentes religiones. Este autor contempla también una continuidad en el pensamiento religioso. Giovanni Pico della Mirandola quedó interesado por la tradición mística del judaísmo, la Cábala.
Los descubrimientos y la expansión europea por continentes, tuvieron como consecuencia la exposición europea de culturas y religiones que eran muy diferentes a las suyas. Los misioneros cristianos realizaron descripciones de las varias religiones, entre las cuales se encuentran las de Roberto de Nobili y Matteo Ricci, jesuitas que conocieron en profundidad las culturas de la India y de China, donde vivieron durante años.
celebró las descripciones de las distintas religiones, entre las que destacan las de Roberto de Nobili y Matteo Ricci, los jesuitas que conocían bien a las culturas de India y China, donde vivieron durante años.
En 1724 Joseph François Lafitau, un jesuita sacerdote, publicó la obra Moeurs des sauvages amériquains comparées aux moeurs des premiers temps en la cual comparaba las religiones de la India a la religión de la Antigüedad Clásica y el catolicismo, habiendo llegado a la conclusión de que estas religiones derivaban de una religión primordial.
A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX una parte importante de los textos sagrados de las religiones se ha traducido ya a los principales idiomas europeos. En el siglo XIX se produce la estructuración de la antropología como una ciencia, teniendo varios antropólogos dedicados al estudio de las religiones de los pueblos tribales. Esta vez los investigadores reflexionaron sobre los orígenes de la religión, habiendo algunos abogado por un esquema evolutivo, en el cual la forma religiosa principal era el animismo, que luego evolucionó al politeísmo y al monoteísmo.
Enfoques disciplinarios
El estudio científico de la religión es realizado actualmente por diversas disciplinas de las ciencias sociales y humanidades. La historia del estudio de las religiones, nació en la segunda mitad del siglo XIX, usando métodos de investigación histórica. Ella se ocupa de estudiar el contexto cultural y político en que determinada tradición religiosa emerge.
La sociología de la religión examina las religiones como fenómenos sociales, tratando de desentrañar su influencia en la vida del individuo y la comunidad. La sociología de la religión tiene como principales nombres a Emile Durkheim, Karl Marx, Max Weber, Ernst Troeltsch y Peter Berger.
La antropología, tradicionalmente centrada en el estudio de los pueblos sin escritura (aunque sus campos de estudio pueden ser también las sociedades capitalistas modernas), también ha desarrollado un campo de estudio de la religión, en la que especuló sobre los orígenes y funciones de la religión. John Lubbock, en el libro The Origin of Civilization and the Primitive Condition of Man presentó un esquema evolutivo de la religión: el ateísmo (entendido como la ausencia de ideas religiosas), pasando por el chamanismo, antropomorfismo, monoteísmo y finalmente el monoteísmo ético. Esta visión evolutiva fue puesta en entredicho por otros investigadores, como E.B. Taylor considerando el animismo como la forma primitiva de la religión.
La fenomenología de la religión, que deriva de la filosofía fenomenológica de Edmund Husserl, intenta capturar la única parte de la experiencia religiosa. El principal método utiliza la observación para explicar los mitos, símbolos y ritos. Busca comprender la religión desde el punto de vista del creyente, así como el valor de estas creencias en la vida. Por estas razones, evita los juicios de valores (concepto de epoje o abandono de cualquier juicio de valor). Los principales nombres asociados con la fenomenología de la religión son Nathan Soderblom, Garardus van der Leeuw, Rudolf Otto, Friedrich Heiler y Mircea Eliade.
Filosofía de la religión
La filosofía de la religión como una disciplina distinta es una innovación surgida en los últimos 200 años, pero sus temas centrales como la existencia y la naturaleza de la divinidad, la humanidad de la relación del hombre, la naturaleza de la religión y el lugar de la religión en la vida humana, vienen dándose desde el principio de la filosofía con los seres humanos. Los filósofos han examinado tiempo y verdad y la justificación racional para las alegaciones, y han explorado tales fenómenos filosóficamente interesantes como la fe, la experiencia religiosa y los trazos distintivos del discurso religioso. La segunda mitad del siglo XX comprende un periodo especialmente fructífero, con los filósofos que utilizan nuevos desarrollos en lógica y de la epistemología para montar las dos defensas sofisticadas, y los ataques a las afirmaciones religiosas.
El término filosofía de la religión no ha entrado en uso general hasta el siglo XIX, cuando fue utilizado para referirse a la articulación y crítica de la conciencia religiosa de la humanidad y sus expresiones culturales en el pensamiento, sentimiento, lenguaje y práctica. Históricamente, la reflexión filosófica sobre temas religiosos tenía dos focos: sentimientos, actitudes y prácticas que él creyó primero, Dios Brahma o Nirvana o cualquier otra cosa que sería objeto de pensamiento religioso, y, en segundo lugar, el tema religioso, es decir, los pensamientos humanos, actitudes, sentimientos y práctica. El primer tipo de reflexión filosófica tiene una larga historia. En Occidente, por ejemplo, las discusiones sobre la naturaleza de Dios (si él es inmutable o conoce el futuro, si su existencia puede ser racionalmente demostrada, y afines) son incorporados en tratados teológicos tales como Proslogion de Anselmo e Monologion, Summas de Santo Tomás de Aquino y La incoherencia de los filósofos de Al-Ghazali. También forman parte de sistemas metafísicos influyentes como Platón, René Descartes y Leibniz.