El corazón humano es un órgano del sistema circulatorio localizado en la cavidad torácica, con posición central levemente desplazada para la porción izquierda del pecho. Es formado por músculo cardíaco estriado (miocardio) presentando masa comprendida entre 300 y 400 gramos en personas adultas.
Este órgano tiene fisiología contráctil, coordinada por impulsos miogénicos, es decir, originarios del propio músculo (en el nodo sinoatrial y en el atrioventricular), o neurogénicos regulados a partir de estímulos nerviosos emitidos por el sistema nervioso autónomo simpático (acelerando las contracciones) y parasimpático (desacelerando las contracciones), impulsando cerca de 70 ml de sangre, aproximadamente en ciclos que oscilan en torno de 70 a 80 pulsaciones por minuto.
Internamente, el corazón se compone de cuatro cavidades, dos aurículas y dos ventrículos, siendo la aurícula y el ventrículo derecho comunicantes por la válvula atrioventricular derecha (tricúspide) transportando sangre arterial (circulación sistémica o gran circulación) y la aurícula y el ventrículo izquierdo interconectados por la válvula atrioventricular izquierda (bicúspide o mitral) transportando sangre venosa (circulación pulmonar o pequeña circulación).
De esta manera, la sangre se bombea a través del sincronismo de las aurículas y los ventrículos, realizando simultáneamente periodos de contracciones (sístoles) y distensiones (diástole). En situaciones normales las contracciones son mensuradas debido a la incidencia de sangre sobre las paredes arteriales en virtud del mecanismo sistólico y diastólico, indicando respectivamente una presión arterial del orden de 120 mmHg por 80 mmHg, patrón normal para un organismo.
