El ciclo de Calvin, también conocido como el ciclo del carbono, es una cadena cíclica de reacciones químicas que se produce en el estroma de los cloroplastos, en el cual hay la formación de hidratos de carbono después de la fijación y reducción del dióxido de carbono. Primero fue descrito por Melvin Calvin y sus colaboradores cuando realizaron experimentos para identificar el camino hecho por el dióxido de carbono absorbido por las plantas.
Ora el carbono circula por la naturaleza como carbono inorgánico, en la composición del dióxido de carbono del aire atmosférico, ora en la forma de cadenas de carbono de los compuestos orgánicos (proteínas, lípidos, carbohidratos…) integrando como carbono orgánico la materia de los seres vivos. Él tiene, por tanto, un pasaje por el medio abiótico y un pasaje por los sistemas vivos.
Este ciclo se produce en las plantas y puede ser descrito en detalle como sigue: después de la reducción del NADP+ a NADPH durante la fotofosforilación acíclica y de fosforilación de ADP+Pi en ATP en el proceso de fotofosforilación acíclica o cíclica, que ocurre durante la fase de la luz de la fotosíntesis, el dióxido de carbono se combina con la pentosa ribulosa-1,5-bisfosfato (RuBP), dando lugar a un compuesto de seis carbonos, intermedio e inestable.
Debido a su inestabilidad, este compuesto origina fácilmente dos moléculas de 3-fosfoglicerato, también conocido como ácido fosfoglicerido (PGA), formado por tres átomos de carbono. El ATP, a su vez fosforila estas dos moléculas, posteriormente reducidas por el NADPH, que forma parte de la fase luminosa de la fotosíntesis. Estas reacciones originan como resultado el aldehido fosfoglicérico (PGAL). De cada seis moléculas de PGAL formado, 5 se utilizan en la regeneración de la ribulosa y la molécula restante, utilizada en la formación de compuestos orgánicos, tales como glúcidos, por ejemplo. Por lo tanto, es necesario que este ciclo se produzca seis veces a fin de crear una molécula de glucosa.
