El bronce es una aleación formada en un mayor porcentaje de cobre y en menor porcentaje por estaño. Su principal propiedad es la facilidad de ser moldeado.
Seguramente ya viste una simbología asociada a esta aleación pues, en la mayoría de premios, principalmente en los deportes, se homenajea a los tres primeros colocados con medallas de oro, plata y bronce respectivamente. Dado que el oro y la plata son elementos metálicos, muchos también piensan que el bronce es un elemento químico.
Sin embargo, en realidad, el bronce es una aleación – una mezcla de sustancias cuyo principal componente es un metal – y, por tanto, ni tan siquiera cuenta con representación en forma de símbolo propio en la tabla periódica. Esta mezcla se produce a partir de la fusión de metales originales sometidos a elevadas temperaturas. De ese modo, ellos se mezclan y son dejados para enfriar y solidificarse, formando un material bien más resistente y con características y propiedades más apreciables que el metal original.
La composición de bronce común es 90% de cobre (Cu) y 10% de estaño (Sn), ambos metales. También hay otros tipos de aleación de bronce que, además de cobre y de estaño como elementos principales, también reciben la adición de pequeños porcentajes de zinc, plomo, aluminio, manganeso y fósforo (cada uno de esos elementos es añadido a un tipo de aleación de bronce).
Su principal ventaja en relación al cobre puro es la facilidad de ser moldeado, pudiendo ser trabajado con mayor facilidad en la producción de un gran número de artefactos.
Su utilización pasó a ser bastante aplicada hace más de 3.000 años durante el periodo que quedó conocido como Edad de Bronce. Esa etapa cultural ocurrió en algunas regiones de Asia Occidental donde fueron desarrolladas nuevas formas de organización económica y social. Esa época recibió ese nombre porque lo que catalizó ese proceso fue el uso cada vez más intenso de utensilios de bronce.
Los herreros veían que cuando el estaño era añadido al cobre, el material se volvía más suave y flexible. Además de eso, sus restos podían ser nuevamente fundidos y reaprovechados, lo que no ocurría con el cobre que, después de fundido, quedaba duro y con manoseo más difícil.
El punto de fusión de esta aleación metálica varía entre 900 °C y 1000 °C. Además de la medalla ya mencionada, entre las principales aplicaciones del bronce, podemos destacar:
- Engranajes
- Artesanías
- Objetos de decoración (posee la ventaja de originar diversas tonalidades)
- Campanas
- Monedas
- Herramientas en general