En la actualidad, el baño se ha convertido en un asunto de higiene personal y en un momento de placer o relajación. Existe una tendencia moderna a ofrecer diseños más innovadores, decoraciones y construcciones de grandes espacios para esta actividad. Cada vez más, el baño se ha convertido en una oportunidad para relajarse y distanciarse de problemas cotidianos. En algunos hogares, el baño ocupa un lugar mayor que otras áreas como la cocina. Además, existe una gran variedad de productos de baño para complementar este momento de ocio saludable.
Para muchos, esto parece ser algo sencillo y trivial. Sin embargo, si echamos un vistazo a los períodos históricos, podemos encontrar que la situación no siempre fue la misma. La costumbre de bañarse y las diferentes maneras de cuidar de la higiene personal varían mucho de acuerdo a los conceptos de salud y enfermedad en determinados periodos. Además, los productos e instrumentos utilizados en esta labor fueron muy diferentes de los que hoy prevalecen en los cuartos de baño.
En el antiguo mundo greco-romano, el baño era una medida tomada en grupo. Varios baños fueron construidos de manera que los griegos y los romanos podían cuidar de su cuerpo. Para eliminar la suciedad acumulada en la piel, estas personas utilizan una herramienta conocida como strigil. El strigil consistió de una espátula de hierro de un pie que se frota en la piel después de que el cuerpo estaba cubierto con una especie de aceite. En algunos casos, los esclavos eran responsables de la limpieza de sus amos.
Cuando llevamos a cabo un viaje a algún lugar sombrío y recursos limitados, una jarra de agua termina siendo la única alternativa para mantener el cuerpo limpio. En realidad esta idea es muy antigua. En los tiempos antiguos, la ausencia de redes de tuberías de agua y alcantarillado era suplida con el uso de copas y tazas vacías que permitían la realización del baño. En general, la gente se sentaba en una silla esperando a que pequeñas porciones de agua llegasen al lugar para ser lavados.
Tratando de ofrecer una experiencia más estimulante, los babilonios realizaban una mezcla con grasa animal y cenizas vegetales para pasar en el cuerpo y el cabello. Entre los egipcios la receta era un poco más elaborada, tomando ceniza, bicarbonato de sodio y arcilla.
Entre los orientales, la necesidad de desinfectar la piel se intercala con el uso de cerámica o piedra para exfoliar la capa superior de piel. En algunas culturas del mundo oriental, este procedimiento aún se puede reconocer claramente.
Los lujos y privilegios que ahora tenemos en el momento de tomar el baño han aparecido recientemente. Durante el siglo XIX, en Inglaterra, las bañeras comenzaron a hacerse populares entre las familias ricas. En algunos hogares, los empleados se apresuraron a acercarse a la bañera en la habitación con agua caliente antes de que sus jefes llegasen a casa. Poco después, surgirían las duchas eléctricas acompañadas por el proceso de urbanización de las sociedades modernas y la ampliación de las redes energéticas.