El Año Nuevo es una fecha histórica en todas las civilizaciones que han adoptado un calendario anual. Este evento festivo es también conocido como revéillon, una expresión originaria del término francés réveiller, cuyo significado es despertar.
En Europa este evento comenzó cuando el gobernador de Roma, Julio César, a través de un decreto, estableció el día 1 de enero, como la fecha en la cual debían celebrar la festividad que marca la transición del año antiguo para el nacimiento del nuevo año. El mes, curiosamente, tiene origen en el nombre de la divinidad Jano, dios de las puertas, los comienzos y los finales.
Pero no sólo en el mundo occidental que esta celebración es realizada. China, que sirve como referencia para otros países orientales, a pesar de tener un calendario diferente al que prevalece en Occidente, también se celebra el Año Nuevo, aunque el principio del año chino siempre será solemnizado en diferentes días del Año Nuevo occidental. Cada año, entre los chinos, es asociado con un animal diferente, de los doce que habrían participado en un festival, junto con Buda. La atención de estos animales en la cultura oriental dimanó en la creación de los signos del zodiaco chino.
De acuerdo con las corrientes de la narrativa en China, los animales que formaban parte de la astrología china serían, según el orden cronológico con que atendieron a la llamada de Buda: la rata, el búfalo, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el jabalí. De esa manera, si un año es, por ejemplo, atribuido al tigre, el periodo anual siguiente corresponderá al conejo, y así consecutivamente. Ese horóscopo tiene como base un ciclo lunar con duración de 60 años, cada uno de ellos gobernados por un anima. Se desconoce cuando los chinos comenzaron con la práctica de celebrar el Año Nuevo, pues en China esas festividades son ancestrales, perdidas en el origen de los tiempos.
En Escocia, los habitantes adoptan la antigua costumbre de ser los primeros en colocar los pies sobre el territorio vecino, conocido como first footing, realizando el intercambio de regalos de naturaleza simbólica.
En España, sus habitantes cultivan la tradición de ingerir doce uvas, un por cada toque del reloj a media noche, anunciado por el famoso reloj de la Puerta del Sol, situado en Madrid.
Entre los judíos se celebra Rosh Hashaná, que en hebreo significa cabeza del año. Este evento se celebra el día primero del mes llamado Tishrei, el mes en que comienza el año en el calendario judío adoptado por los rabinos y el séptimo en el calendario actual en la Biblia. El Año Nuevo judío se sabe, de acuerdo a la Torá, como el día de la Aclamación, en el que Adán y Eva fueron creados por el Creador, y más tarde el mismo día, cometieron el pecado capital de comer del fruto del árbol del conocimiento.
También ese mismo día, Caín mató a Abel, por esta razón también es conmemorado como el Día del Juicio y el Día del Recuerdo, dando lugar a una temporada de reflexión que tiene una duración de diez días, un período que termina en Yom Kippur, cuando la humanidad es juzgada por Dios.