El damasco o albaricoque es la fruta del árbol albaricoquero (Prunus armeniaca). El árbol es originario de China y Siberia y puede alcanzar los 7 metros de altura. La fruta fue introducida en Inglaterra, durante el siglo XVIII y en América del Norte, en 1920. En la actualidad, existen varias especies híbridas del damasco, consumidas en varios países del mundo.
Los frutos, llamados también albaricoque, son pequeños y tiene una forma redondeada. Tanto como el melocotón, el mismo tiene una corteza amarillenta que puede variar entre rojo y naranja. La diferencia es que su sabor es más ácido y la pulpa menos suculenta. El albaricoque es rico en vitaminas A y B, además de ser una buena fuente de sales minerales, principalmente de hierro y potasio. La fruta también posee una gran cantidad de fibras.
El damasco puede consumirse en la naturaleza, aunque sea muy difícil encontrar la fruta en varias regiones. Además, es empleado en la fabricación de dulces, jaleas, cremas y helados.
Los mayores productores de la fruta son: Turquía, Irán, Italia, Pakistán, Francia, España y Argelia.