El absolutismo en Inglaterra comprende dos periodos claros: por un lado la dinastía de los Tudor desde 1509 hasta 1603 y, por otro, la dinastía Stuart con los comienzos de las revoluciones británicas. La dinastía Tudor cuenta con dos momentos: el reinado de Enrique VIII y el reinado de Isabel I.
Enrique VIII (1509-1547)
El fortalecimiento del poder real en Inglaterra hizo llegar la dinastía Tudor. En el comienzo del siglo XVI. Enrique VIII, el segundo monarca de la dinastía Tudor gobernó desde 1509 hasta 1547, esta vez se impuso su autoridad a los nobles con el apoyo de la burguesía tratando de producir la unificación del país. Además, después de romper con la Iglesia, Henry llegó a dominar las propiedades de la iglesia inglesa de la época. Como líder de la Iglesia Anglicana había ampliado su poder político.
El absolutismo se estableció de hecho por medio Enrique VIII quien obligó al Parlamento a transformar las verdaderas decisiones sobre las leyes, decisiones del Consejo Privado en el principal instrumento del poder estatal, y la función del Parlamento que pasaba a ser reconvertida en meramente decorativa como institución.
Isabel I (1558-1603)
En 1558 llegó el ascenso de Isabel I al trono. Última hija de Enrique VIII de Inglaterra declaró en forma imperiosa hasta el año 1603. Durante este período dio lugar a un aumento considerable en el poder real.
En esta etapa se emprendió una fuerte persecución religiosa, que alcanzó tanto la católica como la de las protestantes calvinistas, para determinar definitivamente el anglicanismo como religión oficial de Inglaterra. En 1583 se desarrolló el Tribunal Superior de Alta Ejecución, donde eran juzgados los actos de la reina Isabel I sin derecho a recurrir.
Los ingresos del Estado se magnificaron cuando la reina decidió seguir la práctica de la concesión de monopolios de los operadores del comercio y la industria y los empresarios.
Dinastía Stuart
El absolutismo se desplegó durante la dinastía Tudor (1485-1603). Durante la dinastía Stuart tuvo lugar el intento de legalizar el poder absoluto. Esta acción se inició cuando Jaime I, primo de Elizabeth y el rey de Escocia, ascendió al trono y terminó con la Revolución Gloriosa de 1688.