En 1762, Jean-Jacques Rousseau, publicó “Emilio De La Educación”. Este tratado, una novedad total, por el momento, se recibió con gran éxito, revolucionando la enseñanza y sirvió como punto de partida para las teorías de todos los grandes educadores de los siglos XIX y XX. Esta es una novela que cuenta la formación pedagógica de un huérfano Emilio noble y rico, desde su nacimiento hasta su matrimonio.
Fiel a su principio según el cual el hombre nace bueno por naturaleza, Rousseau considera que se necesita de los instintos naturales del niño para su desarrollo. La educación negativa, la que propone el filósofo, en la cual el papel del preceptor (profesor) es, principalmente, la de preservar al niño, debería sustituir a la educación positiva que forma la inteligencia prematuramente e impensadamente. El ciclo completo de esta nueva educación se da en cuatro periodos.
Periodos de la educación de Rousseau
1) 0 a 5 años. El primer periodo corresponde a una vida puramente física, apta para fortificar el cuerpo sin forzarlo. Es un periodo espontáneo y orientado gracias, notadamente, al incentivo materno.
2) 5 a 12 años. El segundo periodo es aquel en el cual el niño desarrolla su cuerpo y su carácter en el contacto con las realidades naturales, sin la intervención activa de su preceptor.
3) 12 a 15 años. En la tercera etapa, el preceptor (maestro) interviene directamente iniciando al joven por la experiencia de la geografía y la física, al mismo tiempo en que aprende una profesión manual u oficio.
4) 15 a 20 años. Este cuarto periodo se dedica al florecimiento para la vida moral, religiosa y social.
Estas cuatro etapas conforman el modelo básico de educación propuesto por Rousseau para sustituir a la educación tradicional que, en nombre del pueblo, y del progreso social, fuerza a los hombres a desarrollar a los niños en la formación del intelecto en detrimento de otras materias como la educación física, del carácter moral y de la naturaleza propia de cada ser.