Entre los siglos XII y XIV, la economía medieval experimentó un período de ascenso a través de la mayor oferta de productos agrícolas y el desarrollo de las ciudades. El sistema que antes imperaba en la Europa se amplió a otras posibilidades que incluyeron ampliaciones en actividades comerciales, flexibilidad en las relaciones serviles, monetización de la economía y la formación una nueva clase social denominada burguesía.
Sin embargo, a principios de la segunda mitad del siglo XIV, esta situación fue abruptamente interrumpida con la llegada de la terrible Peste Negra. Pronto, miles de europeos fueron diezmados por una terrible epidemia que se extendió por malas condiciones de higiene en ese momento. Además de causar muchas muertes, la enfermedad también fue responsable de una disminución de la población. Algunos expertos estiman que más de un tercio de Europa terminó afectada.
La muerte de tantas personas, terminó provocando una desintegración masiva del modelo productivo. Las actividades comerciales se retractaron, y los señoríos disminuyeron su capacidad de producción. Por temor a la escasez de alimentos, que de hecho ocurrió, varios nobles obstaculizaron la salida de los siervos de sus propiedades. En este contexto de escasez y rigidez, las tensiones entre los siervos y nobles pronto se hizo evidente.
No es casualidad que la Peste Negra llegase a desatar la ira de siervos y trabajadores en toda Europa. En algunas partes de Bélgica, Francia e Inglaterra, se observó que los campesinos involucrados en los disturbios más importantes fueron conocidos como ‘jacqueries’. El término proviene de la frase ‘Jacques bon homme’ y estaba negativamente dirigido a todos aquellos que no tenían propiedad u ocupaban una posición privilegiada.
Esta inestabilidad ha demostrado que los viejos hábitos y las instituciones que definen el orden feudal ya no quedase indemne. Por esta razón, vemos que estas últimas décadas de la época medieval se caracterizaban por las guerras, la centralización del poder político y la reorganización de las actividades económicas. Entrando en el siglo XV, vemos una Europa que define las transformaciones que une una gran parte de la comprensión del mundo moderno.