Los dólmenes son monumentos megalíticos de tumbas colectivas existentes desde fines del año 5000 a.C. hasta el año 3000 a.C. en Europa, y hasta el año 1000 en Oriente. Están formadas por varias losas asentadas en la tierra denominadas ortostatos. Su significado deriva del bretón y se refiere a una mesa grande elaborada en piedra.
Los dólmenes se caracterizan por tener una cámara en una circular o poligonal utilizada como un espacio sepulcral. La cámara dolménica era construida con varias piedras verticales que sustentan una gran cobertura horizontal de la losa. Las grandes piedras en posición vertical, son en número variable entre seis y nueve. Cuando la superficie de la cámara dolménica no supera el metro cuadrado, se considera que es un monumento megalítico denominado cista.
Al parecer, los dólmenes originalmente se presentaban cubiertos por un montículo artificial de tierra, generalmente revestido por pequeñas piedras entrelazadas, formando lo que se designa como túmulo.
En Europa, hay dólmenes en las zonas costeras del Mediterráneo y la costa del Atlántico y también en el Mar del Norte y Mar Báltico. También existen monumentos megalíticos similares en África del Norte, Siria, Persia y la India. En la Península Ibérica, los dólmenes se concentran en la zona litoral.
En las cámaras dolménicas, además de los restos de esqueletos, se han encontrado varios objetos en piedra, cerámica, huesos, armas y herramientas, como hachas de piedra pulida, puntas de flecha, vasos campaniformes, entre otros.